Mucha gente nos pregunta: “¿qué enseñáis en esa Escuela?” “¿De qué me va a servir en el futuro?” “¿Tenéis un programa docente, un currículum, estáis homologados?”
Todas estas preguntas responden a cuestiones de contenido y de forma. La Escuela es el contenedor.
¿Qué enseñamos? A esto respondo que a nivel evidente, enseñamos bastantes cosas útiles: desde cómo administrar las dosis de ayahuasca adecuadas para cada persona y en cada momento, hasta como integrar la experiencia en la vida cotidiana una vez acabada la sesión. Cómo recibir a un participante, cómo comunicarse con él por Facebook, por mail, por whatsapp o por teléfono, cómo realizar la delicada tarea del cobro, cómo tranquilizar las limitaciones personales de cada uno con relación al dinero y a la abundancia; cómo apoyar las neurosis y psicosis individuales y colectivas, cómo reconocer diferentes estructuras de carácter o personalidad; cómo provocar y sostener episodios de catarsis; cómo manejar instrumentos chamánicos o la música en una sesión de ayahuasca; …. Hay un interminable etcétera sobre las técnicas y métodos que nuestra creatividad puede desarrollar y desarrolla constantemente. Esto es la forma.
¿Qué aprendemos? A esto sólo puedo responder entrando en un nivel esencial en el que ni nuestros oídos ni nuestras palabras pueden llegar. Aprendemos a escuchar el alma de cada persona, aprendemos a conversar con cada participante; aprendemos a sostener conversaciones de mayor o menor profundidad pero en el fondo banales, porque la energía no las mueves las palabras, que son el vehículo la estructura de nuestros condicionamientos individuales y colectivos, sino la calidad del vínculo que creamos. La conversación real está sucediendo en todo momento y trasciende todo condicionamiento, toda emoción, toda palabra… es intemporal, absoluta y esencial. Un alma conectando con otra alma, sabiendo todo, comprendiendo profundamente, sintiendo de alma, comprendiendo la unidad. El contenido real de la Escuela se comprende a través de la activación de la actitud de sanación.
Por esto, diseñamos un programa sofisticado, elaborado, que enviamos mes a mes a nuestros alumnos y a todos los interesados en serlo. Enseñamos a ser facilitadores, terapeutas, integradores… nos divertimos alimentando las maravillosas y bellas mentes humanas, suavizando las relaciones con los condicionamientos de cada uno, haciendo la experiencia humana más agradable, más alegre, más placentera… todo esto sucede a nivel consciente: el alma recibe la llamada y la mente condicionada la interpreta, la analiza y decide si atender a nivel aparente dicha llamada en función de los datos evidentes que presentamos.
Pero la llamada real ha sido de forma intemporal, y el alma ha respondido ya.
La decisión ahora es simple: ¿queremos ser esclavos, socios o dueños de nuestros condicionamientos?
Para más información, escribid a: [email protected]
Laura Torrabadella
Coordinadora internacional de la Escuela Europea Ayahuasquera