¿CURAR ENFERMEDADES O SANAR ENFERMOS?
Una visión trascendente de la sanación interna y la curación del cuerpo físico
EXISTEN MUCHAS MANERAS DE CURAR ENFERMEDADES, PERO AUNQUE LA ENFERMEDAD SE CURE…
¿SE SANA EL ENFERMO?
Si la “enfermedad” es interior, psicoemocional o sentimental, es porque hay un desequilibrio, una desarmonía, una insatisfacción existencial, por tanto el enfermo necesita SANACIÓN: esto es curarse por dentro.
¿Qué enfermedad no es interior, o que no nazca en el interior?
La mayoría de personas tenemos una u otra enfermedad física, psicológica o emocional, pero no somos conscientes de la oportunidad de sanación que hay escondida. Toda enfermedad es una consecuencia de algo, pero además es un camino, un símbolo, un estado de maestría ya que puede ejercer de guía hacia la sanación.
La curación viene de fuera, está relacionada con las enfermedades y dolencias; la sanación proviene desde dentro, está relacionada con la transmutación del sufrimiento, la insatisfacción y la infelicidad. La Sanación es esencialmente espiritual.
Si una enfermedad quiere ser curada sin que el individuo se quiera sanar, hay muchas alternativas “oficiales” y también “alternativas” que ofrecen tratamientos, medicinas y técnicas de curación de las enfermedades.Un enfermo, que normalmente busca la curación fuera, necesita que alguien le prometa que le va a curar, al menos para no perder la esperanza. Incluso pagaría mucho dinero para que le dijeran lo que quiere oír: “TE VAS A CURAR”.
Nuestra organización no ofrece ni promete nada respecto a la curación de enfermedades. No es algo que nos interese especialmente, pero sí es cierto que mucha gente que hacer procesos en nuestros retiros con Ayahuasca y Kambó se cura de dolencia, malestares e incluso de enfermedades. Pero no son las medicinas chamánicas las que curan, sino es el mismo organismo de cada persona, que cuando reabre su farmacia bioquímica interna, realiza un proceso de curación tremendamente efectivo desde adentro.
Toda enfermedad puede generar dolor, malestar, angustia, sufrimiento, ansiedad, infelicidad, inconformismo, miedo, culpa, soledad…etc. Incluso la muerte, pero también otorga muchos beneficios indirectos, ya sean conscientes o inconscientes. Muchos enfermos, dicen en su interior y en secreto: “No voy a dejar la enfermedad hasta que la salud no me garantice los mismos beneficios que me da la enfermedad”.
Dicho esto a modo de resumen, podemos decir que hay muchos eslabones en la cadena de la enfermedad: un individuo, una enfermedad, unos determinados síntomas más o menos molestos, unos perjuicios o beneficios, una o varias reacciones psicoemocionales del individuo que tiene la enfermedad, y sobre todo una actitud esencial que asume la persona con la situación que le provoca la enfermedad. Luego también hay muchas maneras de abordar cada uno de estos eslabones. El eslabón original es la raíz de toda enfermedad, y es la causa del sufrimiento. ¿Cuál es ese eslabón original?
Según muchos de los chamanes con quienes he consultado, la enfermedad es de naturaleza espiritual.
Cuando alguien busca curar una enfermedad aparece toda la cadena completa antes descrita, que une el alma del individuo con el sentido de la enfermedad. Es una relación íntima, que no se ve e incluso la mayoría de personas no percibe, este contacto ALMA-SENTIDO esconde un modelo de relacionamiento, no solo con la enfermedad sino con todo lo demás. Cuando se encuentra el sentido espiritual de la enfermedad se puede acceder a la comprensión del origen de la misma. El fenómeno sanador sucede entre el sentido racional y el significado irracional.
Por esa razón los chamanes afirman que la enfermedad no es física, ni emocional, ni mental… sino espiritual. El alma no tiene la posibilidad de liberarse en la vida de un individuo, este es el mayor de los traumas o la enfermedad más profunda: la represión de nuestra esencia.
La actitud de quien tiene cualquier enfermedad esconde la clave de la sanación del alma. No porque el alma esté enferma sino porque la imposibilidad de manifestarse crea un conflicto existencial. Si comprendiéramos el mensaje, nos predispondríamos a realizar una transformación de vida que permita la expresión y salida de nuestra esencia de amor.
Aparecen muchas preguntas y afirmaciones cuando se tiene una enfermedad ¿Por qué a mí? ¿Qué hice para que me ocurra? ¿Cuál es la causa? ¿La habré creado yo? ¿Cómo puedo curarla?
Querer quitar, curar, superar o disolver una enfermedad supone un rechazo a la existencia de la misma.
Pero abrirse a la sanación de raíz, supone una aceptación incondicional de la enfermedad. Esto no significa no hacer nada para que la enfermedad se cure, sino que el proceso de sanación integral comienza con la aceptación. Todo rechazo agrava cualquier situación.
El sanador no cura ni sana, solo guía al individuo hacia un proceso de sanación, que en una primera fase, le inspira a aceptar, comprender, perdonar y dejar de tener erróneas interpretaciones sobre la enfermedad que le conducen a un sentimiento de culpa, injusticia y abandono. Y en segundo lugar, ayuda a reabrir la confianza hacia la farmacia bioquímica que tiene todo organismo vivo, para que los propios recursos sean los que hagan el trabajo de curación desde dentro.
Hemos comprobado que muchas personas se han curado de enfermedades como parte del proceso de sanación con diferentes técnicas o sanadores, pero no podemos asegurar ni ofrecer ninguna curación garantizada, no nos dedicamos a ello.
La sanación trabaja desde una conciencia limpia, sin juicios ni resistencias, por ello ayuda al enfermo a desidentificarse de la enfermedad, para poder verse a sí mismo como individuo separado de la enfermedad, y poder integrar la realidad, de que hay una unión perfecta entre el individuo y la enfermedad por muchas razones que se pueden llegar a comprender a través de un proceso de evolución interior.
De esta manera se crean las condiciones óptimas para iniciar un camino de sanación y curación, en ese orden prioritariamente; pero también es cierto que hay personas que desde el solo interés de curarse, acceden a la posibilidad de sanarse durante el proceso de curación, porque logran ver la relación que hay entre lo externo averiado y lo interno insatisfecho o herido.
NADA ESTÁ GARANTIZADO EN NINGÚN CASO, Y ES UNO DE LOS SECRETOS DE SANACIÓN: CONFIAR.
Sólo se puede asegurar el amor, la sensibilidad y la conciencia al servicio de la persona, de su armonía y equilibrio interno, y del fortalecimiento de su salud. Desde ahí se puede hacer cualquier tratamiento alopático, homeopático, naturista o de cualquier naturaleza. Un sanador o terapeuta siempre ayudará y acompañará cualquiera de esos abordajes. A veces a calmar los síntomas, a veces a potenciar otros tratamientos y a veces a curar la enfermedad.
Cuando cualquier ser humano tiene una necesidad y busca a alguien que le ayude, acude a un médico, psicoterapeuta, maestro, gurú, curandero o chaman, sea quien sea ese alguien a quien acuda, se encontrará con que a ese “alguien” se le presentará la posibilidad de ver varios aspectos del mismo asunto: al problema o enfermedad; al individuo; a su necesidad o a los beneficios que le supondrá darle ayuda para que encuentre la solución. A veces se ven estos factores de forma combinadas, todas juntas, solas o con diferentes prioridades, pero siempre están ahí, más o menos consciente o inconscientemente existen en toda persona que atiende u ofrece soluciones a otras personas. Es la visión y perspectiva de quién atiende a otros.
Si lo que una persona busca es sanarse, deberá poner la atención en lo interno, allí dentro, en sí mismo. Y lo primero a tratar en esa indagación, es la actitud que se tiene con la enfermedad. Algunos la niegan, otros la rechazan, otros la menosprecian, otros se enfadan o se aprovechan, otros están apegados y hasta enamorados y otros buscan curarla. Cualquiera sea la actitud, este es el punto de arranque del tratamiento que ofrecemos: LA ACTITUD QUE SE TIENE CON LA ENFERMEDAD.
Pero se puede abordar de igual manera desde cualquier técnica o método, siempre que el sanador integre conscientemente el concepto.
Con la “Sanación Trascendente” (un enfoque que he creado en el 2008) no tratamos enfermedades ni pacientes, tratamos la relación que hay entre ellos. Cuando esa relación se sana se pueden hacer muchas cosas en la dirección de la curación, y por supuesto en el acceso al camino de sanación. La relación que una persona mantiene con otras personas, con el dinero, con la enfermedad está íntimamente vinculada con la relación que tiene consigo misma.
Si quieres puedes reemplazar la palabra “enfermedad” por “problema” o “adicción”, y volver a leer este artículo, verás que cobra un sentido mucho más amplio para tu vida práctica.
sea cual sea tu caso, te invito a ir a la selva a realizar tratamientos intensivos y profundos con chamanes y con plantas amazónicas, tan silvestres como sabias y poderosas, que desde hace miles de años han garantizado la salud de los indígenas, y que ahora están disponibles para todos nosotros.
Ir a la selva, dentro de un entorno natural, es parte principal de este proceso de sanación y curación.
Alberto José Varela
Para más información sobre el viaje que hacemos todos los meses al amazonas colombiano acompañados de guías y terapeutas europeos y sudamericanos, escribe a: [email protected]
PRÓXIMOS VIAJES: DEL 11 AL 22 DE CADA MES.