Si llegas a aguantar la lectura de este texto, es muy probable que comprendas algo importante para la toma de decisión relacionada con tu vocación.
El mercado mundial es una gran fábrica de deseos. Crear todo tipo de cosas para que la gente la compre. Hacer la mejor publicidad para que la gente sepa que existe “eso”, para que comprándolo se le calme el deseo que le habían creado. Estamos hablando de la manipulación que realizan las empresas y sus estrategias de marketing con los consumidores.
En el caso del MERCADO CHAMÁNICO, sucede algo diferente. En todo el mundo ha surgido una gran necesidad (o deseo) de acercarse al chamanismo, pero no ha sido porque alguna empresa lo haya creado, ha surgido naturalmente; quizá porque dentro del mundo espiritual y terapéutico ya nos hemos cansamos de todo tipo de técnicas o propuestas que no nos resuelven casi nada. Lo chamánico, aunque es milenario, aparece en el mercado mundial desde no hace muchos años.
Dentro de esas propuestas chamánicas, de repente irrumpe en el mercado la presencia de la Ayahuasca, solo hace un par de décadas como máximo. Cuando yo fui a la selva por primera vez hace 15 años el Chaman Taita Domingo Males me dijo antes de morir: “la ayahuasca quiere salir a todo el mundo a dar luz a la gente perdida”
Desde ese momento he visto como se cumple esa premonición. Pero no es porque una empresa haya creado el mercado a base de manipulación, sino porque la necesidad es real, existe en todos los continentes y en todas las clases sociales y económicas.
Estamos ante un hito histórico, que la energía de la selva amazónica, metida en un formato de bebedizo o brebaje de plantas maestras, ha tomado la decisión de salir del ámbito selvático o chamánico, para adentrarse en las ciudades de todo el mundo.
Un nicho de mercado es una determinada necesidad que hay en la población. Estamos ante un nicho millonario de personas que necesitan sanarse, solucionar, trascender, comprender, encontrarse ya de una buena vez. Y quienes estamos listos para ofrecer opciones a todas esas personas somos los que estamos en un doble lio, el de tener que acompañar la expansión de la ayahuasca desde la difusión y la comunicación; y el de tener que prepararnos para poder estar a la altura de lo que la gente busca. Esto ya ha dejado de ser cuestión exclusiva de chamanes.
Esta preparación es realmente complicada, porque no depende de textos, ni de clases presenciales, ni de saber usar técnicas, es mucho más profundo que todo eso junto. Los chamanes apoyan esta iniciativa y también nos forman, pero hay que ir a la selva a conocerles y preguntarles, a compartir con ellos y nutrirnos de su sabiduría ancestral.
Para esta Escuela es de vital importancia conectar al alumno a su corazón para que puedan conectarse con los chamanes, las plantas maestras, la selva, la naturaleza, y también para que puedan sentir la voz de la humanidad, que puedan percibir lo que el alma humana está buscando, porque a no ser que se dé “eso que la gente busca” estarás perdiendo el tiempo y el dinero, tu y los que acepten aquello que ofreces.