Me llamo Paty, soy argentina, residente permanente en México ( DF), soy Acompañante Terapéutico certificado; he participado en el retiro de Ayahuasca de mayo 2016 en Tepoztlan, aquí en México.
Siempre he sabido que somos mucho más que este cuerpo y esta mente, pero fue este retiro que me permitió VIVIR la experiencia. Al experimentar ese estado alterado de conciencia, comprendí que somos pura energía, seres ilimitados y muy poderosos. Pude limpiar mucha basura emocional que cargaba de muchos siglos atrás, me quedé vacía; de ego, de resentimiento, de culpas, de pasado y de futuro…
Luego, hace 15 días, tuve mi primera experiencia Otac, (una experiencia cumbre a la que se llega con una sustancia que se extrae de sapos vivos del desierto), y si me había quedado alguna duda, el sapito se la llevó, pude vivir la totalidad, la unidad, el aquí y ahora, lo que realmente somos y estoy fascinada con todo y con todos. Veo todo más claro y soy consciente del poder que tenemos.
Por esta razón, quisiera dedicarme a llevar un poco de luz a esas personas que aún no se encuentran y se reconocen.
Hace 3 años falleció mi hijo Gael, tenia leucemia, de alguna manera él abrió la puerta de mi conciencia dormida y ustedes me mostraron el potencial y la responsabilidad que eso conlleva.
Mi motivación es esa y me enorgullece el trabajo que hacen.
Me interesaría saber si es posible tomar los ciclos formativos en México o si sólo se dan en Europa y los costos.
Desde ya, muchas gracias por su atención.
Saludos ;)
Paty
Quiero agradecer de corazón esta carta que envía Paty, porque a través de sus palabras pude sentir muy dentro de mí la gratitud por haber conocido la Ayahuasca y haber decidido llevarla por todos los países que pueda. Me produce una infinita admiración, que una madre que haya perdido a un hijo, pueda acceder a una experiencia cumbre de la comprensión de lo que le ha ocurrido. Son tantas las personas que sufren e incluso arruinan su vida por no poder comprender una determinada perdida, que me gustaría mucho poder llegar a todos ellos con esta propuesta de sanación desde el alma.
También agradezco por confirmar una vez más que tanto la Ayahuasca (producida por plantas amazónicas) como la sustancia extraída de Sapitos vivos del desierto de Sonora, nos están ayudando a acceder a comprensiones profundas acerca de nuestra vida y existencia. Parece mentira que sea la naturaleza silvestre y salvaje la que nos aporte una luz ante tanta oscuridad e incomprensión.
Alberto Varela