Uno de los momentos que más marcaron mi vida fue la temporada que pasé en prisión, 14 meses que me sirvieron para planificar el gran golpe de mi vida.
Muchas veces algunos compañeros de la cárcel me invitaban a formar parte de la planificación de atracos; en la cárcel hay mucho tiempo para pensar y diseñar planes con mucha precisión, pero yo aproveché todo ese tiempo disponible para escribir minuciosamente la planificación de mi gran golpe. Después de 7 años las condiciones se han dado para realizarlo.
Hoy 11 de septiembre de 2015, estoy listo para darlo formal y públicamente, es un GOLPE DE CONSCIENCIA.
No es un golpe “a” la consciencia, sino desde la consciencia y para la consciencia humana.
Es tan extraño ver las realidades que nos rodean y a la vez comprobar la impasividad que nos posee para hacer algo por aquello que nos hace sufrir, que he decidido hacer algo desde el lugar que ocupo y de lo que siento; he decidido hacer algo que active, despierte, ilumine o aclare la consciencia humana, porque según mi comprensión y mi propia vivencia, nunca he hecho nada para resolver nada de raíz hasta que no pude verlo desde mi propia consciencia.
Siento que la dirección de mi trabajo está hacia la expansión de la consciencia y la apertura de corazón, es peligroso olvidarse de lo segundo. No importa el orden en que sucedan ambas experiencias, pero es la unión de ambas lo que permite llegar a nuestro origen. Si somos capaces de reunir la sensibilidad y calidez del sentimiento humano con la lucidez y agudeza de nuestra inteligencia, podremos alcanzar el máximo desarrollo de nuestro potencial.