EL AMOR, LA VERDAD, LA LIBERTAD O LA CONFIANZA FUNCIONAN DE MARAVILLA.
Lo que realmente valoramos los humanos es que surjan esos sentimientos tan elevados, que nos hacen recuperar el sentido y valor por la vida. Pero, ¿cómo hacer para que ello ocurra?
Toda vez que nos hacemos esa pregunta surge inevitable el mecanismo de búsqueda en lo externo, y ese es el problema por lo que ningún método puede funcionar, porque al plantearse cualquier necesidad se mira afuera para encontrar la herramienta, el maestro, la técnica o el método que consiga el resultado buscado.
Lo que necesitamos mayoritariamente los humanos muy posiblemente está relacionado con un auténtico renacimiento, y esto se puede definir de muchas maneras: recuperar la esperanza, volver a sentir, reabrir el corazón, reconciliarnos con la vida, abrirnos al amor, sanar el alma, aceptar a los otros, dejar atrás el pasado, recuperar la sabiduría interna, restablecer el contacto con nuestra esencia o recuperar la inocencia perdida. En el fondo es querer cambiar la idea de lo que somos, recuperando la memoria original de cómo llegamos al mundo. Y es algo precioso poder experimentar semejante renacimiento, pero este es un auténtico milagro que se produce cuando nos metemos muy adentro de nosotros mismos.
Ningún método puede funcionar en relación a satisfacer esas necesidades vitales ni a poder conseguir activar e instalar en nuestras vidas esos valores que tanto sentido le dan a nuestra existencia, sencillamente porque es algo que solo se puede conseguir a través del acceso en soledad dentro de nosotros mismos. Es un viaje titánico, una cruzada dolorosa, una indagación que nos desafía y llena de miedo por lo que vamos a sentir o descubrir; pero no encuentro otra solución, llevo muchas décadas intentándolo todo, y lo único que me ha permitido conquistar mi interior es mi decisión de entrar en mi mismo, y hacerlo desde mi propia consciencia y con el corazón abierto.
Por esta razón he creado una nueva manera de abrir la mente para que surja una nueva consciencia, y así poder ir abriendo el corazón para amar de una nueva manera. Como parte central del método se propone una visión original del momento y situación que vive gran parte de la humanidad, y que ha desencadenado en que miles de personas de muchas nacionalidades se abran a la comprensión de asuntos muy complejos de la existencia humana, para adoptar este método como guía y apoyo a sus procesos de superación y desarrollo personal.
LA ILUSIÓN DE LO INTERNO
Todo proviene de afuera. Lo interno es un espacio de reserva de todo lo que se capta del exterior, de los otros y de lo que afuera ocurre. Luego de ser procesado adentro a través de un proceso de introyección, se proyecta fuera, se entrega a los otros. Por tanto lo interno es un lugar de paso de lo externo. Un espacio de transformación. Lo interno es lo externo que ha pasado por adentro. Y al pasar por adentro pueden ocurrir muchas cosas, se puede potenciar o anular, reprimir o refinar, invertir o eliminar, minimizar o maximizar. Son opciones que se deciden de manera más o menos inconsciente, a veces a modo de compensación, de venganza, rebeldía o simple automatismo. Si me han maltratado puedo elegir tratar bien para compensar, puedo elegir maltratar más para vengarme, puedo elegir no tratar mal para ir en contra de lo que me ocurrió, o puedo no elegir y simplemente repetir lo que he aprendido de igual manera que lo he recibido, en todos los casos estaría devolviendo. Si viene de afuera, debe acabar afuera. En tu vida ¿Qué estás devolviendo a través de tu manera de ser y vivir?
El impacto más duro y profundo que recibimos de afuera es el rechazo. Por tanto toda persona que haya sido rechazada en alguna medida, va a tener una predisposición natural a devolver el rechazo fuera, es lo lógico y normal, pero no es la única opción. La sanación es otra opción, en una conmovedora opción la de decidir cambiar el trágico destino de repetir la misma historia que viene del pasado. Abandono, abuso, traición, juicio, humillación, desprecio, anulación, perdida… son diferentes maneras de haber experimentado el rechazo, pero se perpetúan en el presente y futuro cuando no se transmutan internamente desde la comprensión.
Cuando un ser humano afirma que algo externo a sí mismo le ha dado la respuesta, que le ha resuelto un problema o le ha sanado algún trauma, inconscientemente le está dando todo el poder a la herramienta, a la técnica, al maestro o al medio, olvidándose que todo lo que le ocurre a una persona es gracias a que no se resiste, o al hecho de que está abierta y entregada a que ocurra. No sólo lo busca sino que se entrega completamente a encontrarlo. La rendición es una decisión interna que abre las puertas al despertar de la consciencia. El merito de toda transformación es de quien permite que suceda.
El abordaje de este tema es primordial en la Escuela Consciente: el conflicto nace afuera y crece dentro, la solución nace adentro y crece afuera. El problema humano proviene del exterior pero la solución nace adentro cuando nos abrimos a lo exterior y a los otros.
¿Cómo conseguir que nazca el amor, la verdad, la libertad o la confianza dentro de nosotros si nunca hemos tenido esas experiencias? ¿Cómo amar o confiar en mí si nunca me han amado ni han confiado en mí? ¿Cómo puedo tener autoridad si nunca la he visto fuera de mí?
A través de la formulación de estas preguntas o el desarrollo de estos conceptos es posible que ya estés dentro del tema, pero eso no garantiza que estés dentro de ti, por lo general nos atrevemos a entrar a cualquier parte pero nosotros no entramos porque lo hacemos desde la mente, no desde el corazón. Mientras no entremos desde la entrega incondicional seguimos fuera de nosotros mismos y no podremos entrar de lleno a ninguna parte, mucho menos a alguna comprensión.
En la Escuela Consciente realizamos procesos inclusivos, para que el tema que tratemos entre profundamente en nosotros a través de la expansión de la consciencia y la apertura del corazón; para que de repente y casi sin darnos cuenta nos veamos inmersos en el océano de la comprensión. En ese momento estaremos adentro, pero no para siempre, porque lo interno es un tránsito nada más, un momento de conversión.
La consciencia está afuera y adentro; y es también la línea fronteriza entre ambos universos. Es una línea expansiva que viaja desde adentro y hacia afuera, los tres espacios son: adentro, el límite y afuera; pero cada uno de estos espacios de consciencia tiene una función o propósito diferente que se van intercambiando de lugar y posición para ir creando nuevas realidades. Por ejemplo: Lo externo entra adentro y crea un límite, hay una membrana que lo contiene y esa frontera desafía a lo interno a evolucionar para salir afuera traspasando ese límite para florecer, en ese acto se expande lo interno. Lo externo rompe el límite interno en el que nos encontrarnos atrapados y se mete adentro conquistando nuestra alma para volver a sentir, y al hacerlo, si lo permitimos, logramos tener mayor capacidad de inclusión, entonces nos abrimos a que entre la luz de la consciencia y ese límite se amplía. Es un juego de intercambio entre lo exterior y lo interior, en medio la desafiante línea fronteriza. Por eso afirmo que las limitaciones y el condicionamiento pertenecen a la consciencia también.
Ayer en un bar de la calle Florida y Lavalle en Buenos Aires comí con dos amigas, Paula y Lorena, ambas trabajan también conmigo, hablamos de cómo hacer práctico este concepto tan profundo. Y tuvimos el coraje de preguntarnos ¿Cómo sería tu vida si hablaras menos y te animaras a aceptar más? ¿Cómo sería si pensaras menos y sintieras más? Hablar o pensar menos es ponerse un límite, es como crear una membrana de reflexión; aceptar lo externo o sentir es romper otros límites que no nos permiten conectar con muchas cosas y personas. En definitiva la evolución es un juego de creación, destrucción y cambios de límites en donde la modificación de las fronteras de nuestra consciencia es lo que va determinando la nueva capacidad de explorar el universo interior para luego salir al exterior. MARAVILLOSA EXPERIENCIA. Un compañero de prisión que ha entrado y salido de la cárcel muchas veces, un día me dijo: “Es tan feliz la experiencia de salir en libertad que no veo la hora de volver a entrar a la cárcel”
A Lorena la habían detenido hacía un par de días en Mar Del Plata por trabajar con medicinas chamánicas, estuvo un día y una noche encerrada en el calabozo, y eso le puso un gran límite a su libertad, pero al salir se le abre la posibilidad de romper otros limites que la atrapan. No necesita volver a entra a un calabozo sino aprovechar esa entrada para meterse dentro de sí misma. Este es el precioso juego de entrar y salir, de dejar que lo externo penetre en nosotros y atrevernos a salir disparados hacia fuera compartiendo nuestra esencia y amor con todos, con todo.
Toda flor hacer eso, comparte su aroma, entrega su belleza, aunque nunca se haya planteado que alguien la huela o la mire, porque la naturaleza de todas las cosas está plagada de esta actitud magistral de salir sin que haya algún propósito. Salir es el más maravilloso viaje hacia el infinito, pero primero por favor atrévete a entrar allí adentro dónde estás tú. Cuando te encuentres y puedas comprobar que no eres el que creías ser, te darás cuenta que la única idea que te limitaba para salir a compartir tu belleza era la idea errónea de lo que eres.
Cuando vamos bien adentro de nosotros mismos podemos llegar a atravesar tantas mentiras y autoengaños que un día nos encontramos cara a cara con la verdad, “que no hay nada” y que todo lo que creíamos era una ilusión, es en ese momento donde se comienza a florecer. La semilla explota y da paso a la libertad de ser. Cuando esto ocurre no hay vuelta atrás, porque de la libertad no nos podemos escapar, solo nos podemos fugar de la esclavitud. La libertad es el destino final.
Estoy en un hotel en Buenos Aires, llevo muchas horas solo y dentro de mí, en la cama, sólo observando, y de repente me levanté como si un resorte me empujara y me puse a escribir este texto de domingo por la tarde. He salido de dentro de mí por un momento a escribir; y ahora vuelvo a la cama a escuchar un audio que me acaba de enviar otra amiga Ornela, quiero volver a estar dentro de mí porque es la única garantía que en otro momento podré volver a salir, en realidad nunca estoy dentro sino que siempre estoy saliendo a compartir lo que descubro adentro, porque he comprendido que lo interno no existe, que es sólo un espacio vacío, es el laboratorio de la creación para crear la mentira de lo que creemos ser para poder disolverla y permitir que salga algo nuevo y asombroso; esto es el renacimiento del que hablé al comienzo, un volver a nacer, un resurgir de la nada, porque adentro sólo hay nada; lo interno es solamente un pasaje de la consciencia para transformarse a sí misma en amor.
Alberto José Varela