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EL TERCER DESTINO (Primera parte). A algunas personas les ocurren cambios tan trascendentes en la vida que acaban encontrando un mágico y asombroso destino.

¿CÓMO SERÍA MI VIDA SI FUERA LIBRE?

Es la pregunta que me llevó a comprender que había más destinos de los que yo veía o creía. Y nació en mi el anhelo de descubrirlos.

Hace unos minutos ha cantado el gallo que vive en el jardín de mi casa, lo hace cada día a las 5 de la mañana, pareciera que canta ¡Qui qui ri qui! Pero yo oigo otra cosa, a mi me dice “Levántate, ha llegado la hora de escribir” lo experimento como un recordatorio, un favor que me hace cada mañana.

Mi hijita Amelys tiene 6 gatos, cada día acaricio a uno de ellos y le miro atentamente a los ojos, desde su runruneo oigo que me dicen: “Estoy muy a gusto siendo gato”  uno de ellos se dirige a mi confrontándome incluso, me dice: “Tu te dedicas a las transformación de los seres humanos pero a mi déjame tranquilo, quiero seguir siendo el mismo gato de siempre, porque ese es mi único destino”

Cuando estuve en la cárcel, por la mañana venían a cantar pájaros en la ventana de mi celda, oía que me decían muchas cosas, algunos decían: “Somos libres pero tú no” otros cantaban el estribillo: “Te ha llegado el momento de liberarte”, de repente había un silencio y uno de ellos decía: “Tú también tienes alas para volar”

Cuando tomo Ayahuasca, esta planta me dice cosas que si te contara crearía gran confusión, y, como pretendo que me sigas leyéndome a través de este blog, te voy a contar una sola cosa, una noche esta planta amazónica me dijo con voz muy clara: “El destino no es el destino final, no es algo predeterminado, es algo que tu puedes cambiar, incluso lo puedes crear tú” “El libre albedrío no es libre porque está condicionado, solo te ofrece algunas opciones, no todas. Ten cuidado que te puedes autoengañar.”

Podría contarte muchos más mensajes que recibo de plantas y animales, todos coinciden en lo mismo: “LLEGA EL MOMENTO EN QUE TOCA DESPERTAR Y COMENZAR A VIVIR EN LIBERTAD, NO TE PREOCUPES DE LOS QUE NO QUIEREN CAMBIAR, DEDICATE A CREAR TU PROPIO DESTINO”.

En eso estoy desde que he nacido. Y según mi experiencia personal, puedo ofrecerte una idea a modo de resumen sobre cuáles fueron las claves del magnífico cambio de destino que me ocurrió a mí y a mi vida.

EL DESTINO DEL GATO Y DEL HUMANO

El gato es gato, y no puede ser otra cosa que gato. No tiene opción de ser perro ni pájaro. A no ser que después de millones de años la evolución le transforme en otra cosa. En esta vida solo puede ser gato. Pero los seres humanos nacemos como una especie cuya consciencia está despierta, luego nos dedicamos a que todos esos niños divinos se duerman en la oscuridad de la ignorancia y la resistencia, y luego lo intentamos todo para poder despertar. Si esto sucede estamos ante una auténtica transformación. En este sentido nacemos como humanos pero podemos llegar a ser libres.

Según como se nos impone desde que nacemos, vivimos dormidos y muy cómodos, tratando de tener sueños bonitos para evitar ser despertados por alguna pesadilla. Todo está organizado en este mundo para que no nos despertemos sino para que funcionemos en automático, sin darnos cuenta de nada, sin ver lo que realmente está ocurriendo. En este sentido el destino inicial del humano es la esclavitud porque acabamos instalándonos en la inconsciencia pudiendo ser conscientes. Pero, así como venimos predispuestos a ser programados, adaptados y limitados, también traemos la potencialidad del despertar para ser conscientes, y con ello, recuperar la memoria de lo que somos y podemos; esto es lo que yo llamo el tercer destino o destino final. En medio está el segundo destino, que solo lo experimentan aquellos que se empiezan a dar cuenta de que están dormidos y que necesitan despertar para comenzar a vivir en libertad.

¿DESTINO CRUEL Y PERVERSO O MEJOR IMPOSIBLE?

Esta es una frase de uno de mis tíos poetas: “Destino cruel y perverso” pero otra de las frases que él decía y que recuerdo de mi niñez es “Mejor Imposible”  puede que parezcan contradictorias pero para mí son complementarias e iluminadoras.

Los humanos llegamos para experimentar un destino más o menos cruel y perverso, o lo que yo llamo el primer destino, relacionado con la múltiples variables que determinan cual va a ser el camino por el transitemos la vida.  Genética, nacionalidad, cultura, religión, moral, creencias, educación, lealtad familiar, traumas y mil cosas más que determinan un destino más o menos infeliz o insatisfactorio. Es como si al nacer se nos entregara un número de lotería inevitablemente perdedor en el sentido de que nos resultará prácticamente imposible salirnos de ahí. Pero también reconozco que esa situación es perfecta ya que crea las condiciones para que surja la posibilidad de liberarnos; en este sentido esta situación es “MEJOR IMPOSIBLE”, ya que los que lo consiguen, acceden al segundo destino, donde se comienza a disfrutar de una libertad condicional, aunque controlada por los patrones y programas instalados que nos acompañan a todas partes, se puede empezar a vislumbrar el sentido de esta locura existencial.

Mientras estamos en el primer destino, lo único que pueden hacer es soportar la realidad de lo que nos ha tocado o en el mejor de los casos decorar la realidad de tal manera que no se note la esclavitud y el sufrimiento. Mi celda la decoraba tan bonito que parecía una habitación de mi casa y no el oscuro lugar de una prisión, pero eso me permitía sobrevivir a la angustia de la ausencia de libertad.

 

HISTORIA DEL PRIMER, Y CASI ÚNICO, DESTINO:

Las coordenadas geográficas del lugar donde nacemos crea una impresión estelar que parece ser nos influencia; una serie de condiciones socioculturales del país donde nacemos nos marcan para siempre, y ni hablar de todo lo que los progenitores tienen para darnos de más, sobreprotegiéndonos; o de menos, descuidándonos; extremos que en definitiva nos desequilibran y nos roban la inocencia quitándonos la libertad. En pocos años nos dejan listos para acceder a una represiva educastración basada en una violenta domesticación, con un exceso de limitantes, enseñándonos con un modelo educativo severo en donde la amenaza y la mano dura acaban siendo las cadenas a las que quedamos atrapados. Las marcas psicoemocionales que nos quedan de semejante experiencia, a modo de heridas y traumas,  demuestran que todo el proceso está orientado a que se cumpla el destino de ser esclavos, mendigos y sumisos.

En este contexto es lógico y saludable que surjan opciones de rebelión, rebeldía, anarquías, o diferentes opciones de huída de la cárcel del sistema que nosotros mismos hemos creado.

La consciencia del primer destino cruel y perverso que nos toca experimentar es lo que hace nacer al buscador de la verdad, todos lo llevamos dentro e intuimos que tiene las claves de cómo liberarnos; porque en definitiva la verdad es que somos esencialmente libres y que nos toca recuperar aquello que nos han robado, o mejor dicho, aquello que en un descuido hemos perdido.

DEL PRIMER AL SEGUNDO DESTINO:

Puede ser que al destino no se le pueda cambiar su aspecto pero se puede cambiar la manera de verlo. El destino es como el rostro del antojo divino, que quiso crear la posibilidad de que hubiera seres vivos que tuvieran consciencia y que pudieran cambiar el destino que se le impone al caer en la inconsciencia.  Estamos ante el desafío extraordinario de destronar la inquebrantable tiranía del condicionamiento humano, y con ello acceder al segundo destino. Ese que se crea con mano de obra propia, creativa y exclusiva, a base de firmes decisiones guiadas por el corazón. El segundo destino acceden aquellos que aceptan el desafío de ser los creadores de la mayor obra maestra: el rompimiento de la mentira y la desprogramación de la programación impuesta; aunque parezca destructivo pertenece al arte creativo de ser uno mismo. El artista es una mezcla de héroe y hacker que operan a la vez.

Estamos ante la maravillosa oportunidad de liberarnos, la experiencia es magnífica, pero es necesario ubicarnos en el proceso de liberación en el que estamos siendo conscientes que para la mayoría  todavía queda mucho por delante, porque mucha gente queda atrapada en su segundo destino, creyendo que ya son libres, aunque solo gozan de libertad condicional, pero todavía no saben que hay más, mucho más por descubrir detrás de las fronteras de la aparente libertad.

Es un proceso gradual, se salta de la esclavitud a la libertad y de la libertad a la liberación total. Entre la esclavitud y la libertad hay en medio una zona de grandes posibilidades que nos permite movernos con soltura, pero que puede distraernos o entretenernos a tal punto que perdamos de vista el destino final.

Detrás de ese muro transparente y casi invisible, que ya nos permite visualizar el infinito y la eternidad, hay otro destino escondido que tiene que ver con el misterio, es lo que yo llamo el tercer destino, donde se puede acceder a lo que no se puede conocer y por tanto cada vez que se manifieste nos dejará tan sorprendidos que no tendremos palabras para describirlo.

El gallo sabe que si no me levanto a escribir cada mañana dejare de cumplir con la misión de tratar de mostrar lo que hay más allá de lo que se puede ver. Y aunque las palabras jamás me alcancen para contarte lo que vivo y siento, son más que suficientes para inspirarte a que te abras a la posibilidad de ver tu destino como algo susceptible de ser disuelto. En este momento tu eres el mago de la palabra, estés donde estés puedes afirmar desde tu consciencia y sintiéndolo en tu corazón: “Soy esclavo y me puedo liberar”. Entonces estarás en el camino de una inevitable liberación.

En pocos días publicaré la segunda parte del TERCER DESTINO.

Alberto José Varela

[email protected]

 

https://albertojosevarela.com/el-tercer-destino-segunda-parte/

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Alberto José Varela

Fundador de empresas y organizaciones; creador de técnicas, métodos y escuelas; autor de varios libros. Estudiante autodidacta, investigador y conferencista internacional, con una experiencia de más de 40 años en la gestión organizacional y los RRHH. Actualmente crece su influencia en el ámbito motivacional, terapéutico y espiritual a raíz del mensaje evolutivo que transmite.

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