LA SUSTENTABILIDAD DE UN PROCESO DE TRANSFORMACIÓN
Un auténtico cambio se inicia cuando nos despojamos de la ilusión de que ya hemos cambiado, antes de haberlo comprobado en la vida real.
Son las 18 horas y estoy escribiendo sobre un tema muy interesante acerca de la ilusión de transformación, un fenómeno que se les activa a mucha gente que toma Ayahuasca, o que tienen experiencias cumbres, basados en la creencia de que les ha ocurrido una transformación, cuando todavía es solo un proyecto o una idea a la que le falta la acción.
He recibido muchos testimonios de gente que afirma:”MI VIDA SE HA TRANSFORMADO”, y dicha afirmación la hacen minutos u horas después de haber tenido la experiencia, cosa que confirma mi teoría de que han creado una ilusión más. Si se afirmara luego de transcurrir un tiempo en el que se puede comprobar que es real el cambio, sería mucho más fidedigna la afirmación.
Cuando un individuo se da cuenta que debe hacer un cambio se cree que ya lo ha hecho, en un sentido es cierto que lo ha hecho porque al menos ha visto la necesidad del cambio e incluso es probable que hasta haya decidido cambiar, pero lo ha hecho en el ámbito energético, espiritual, mental o psicológico, no en el ámbito de las acciones. Llevarlo a la práctica es otra cosa.
Si la vida de una persona se transforma, esta podría asegurarlo una vez que haya hecho un determinado recorrido real dentro de su propia vida, en su cotidianeidad. Una vida no se transforma por el hecho de que se haya cambiado la percepción de la realidad, sino por el hecho de que además se haya integrado lo comprendido en la vida cotidiana.
Antes de profundizar en este tema, me detengo un minuto y consulto mi email, tengo un par de decenas de email sin responder, y elijo un mensaje a un muchacho que quiere apuntarse a la Escuela que he fundado, y me dice:
“Alberto, muy buenos tardes. Te escribo para asistir a la Escuela Europea Ayahuasquera de Barcelona el próximo día 3 de marzo. Después de tanto tiempo, creyendo que lo tenía claro, me he dado cuenta que no es así, algo se ha detonado en mi para hacer un cambio, (y eso me genera una presión en el pecho que no puedo comprenderla) no se para donde ir, ni qué hacer para darle sentido a todo… Solo quiero curarme y brillar para poder volver a confiar en mí….
Ya he realizado tres retiros con Ayahuasca y con vuestro equipo, y han sido las vacaciones más bonitas para mi cabeza y corazón…. Solo ahí he sentido lo que hacía tiempo no vivía, pero en cada retiro que efectuaba, más pasaba de todo en mi vida, hasta que llego un día que pasé hasta de mi. Cada día me desconozco un poco más…
Muchas gracias por tu tiempo y por el magnífico trabajo que haces, para que personas como yo, puedan tener un GPS interno que nos oriente para llegar a liberarnos…
Un saludo enorme y muchas gracias.
Este testimonio es muy significativo porque confirma con sinceridad, que el hecho de haber hecho 3 retiros con Ayahuasca, y aunque hayan sido experiencias muy poderosas, no garantiza que el cambio se haya plasmado en su vida real; sino que está en un proceso. Es cierto que ya ha ocurrido lo más importante para que el cambio suceda en su vida, me refiero a que se ha adentrado en la profundidad de su problema existencial, ha tocado fondo, ha permitido que sucedan cosas que no puede controlar y ha detectado con claridad que está en un punto de inflexión desde donde seguramente va a dar un salto. Cuando las cosas se complican o se dan vuelta es porque la personas se está permitiendo replantearse todo. Pero el cambio no va a notar cuando en las relaciones, en el trabajo, en su comer y dormir, en su manera de tratar a otros, en su forma de pensar y en permiso que se otorgue a sentir cada cosa que le suceda sin reprimir, ya no se reconozca a como era antes.
Podría hacer una larga lista de manifestaciones prácticas que se pueden apreciar en la vida de una persona cuando está en un proceso de transformación. Pero no serviría de nada sino solo para dar referencias o indicativos de lo que es un cambio, es algo que todos sabemos, pero tenemos la tendencia de autoengañarnos creyéndonos que hemos transformado la vida cuando todavía no hemos ni siquiera dejado de juzgar a las personas con la que vivimos.
Cuando Jesús dijo: “Por los frutos los conoceréis” estaba sugiriendo que no se autoengañen, que se miren las acciones y no las palabras para determinar lo auténtico. Se refería a los resultados que se obtienen a raíz de un proceso de evolución interior. Pero los resultados no se pueden forzar; si el árbol sigue su proceso natural dará buenos frutos, sabrosos y nutritivos.
Pero si el árbol está enfermo, no crece, no disfruta del sol ni del rocío de la mañana, entonces no puede dar buenos frutos. Necesita una transformación. Así es como está el ser humano, anulado, herido, debilitado, seco, desconectado, abandonado o con averías muy profundas, sin ganas de crecer ni de florecer, completamente olvidados de la potencialidad que tenía la semilla cuando fue sembrada. Olvidado de que al nacer, su alma sabía que era eterna y que en la vida se expresaría la esencia de lo que es.
Por tanto un proceso de transformación se inicia con la recuperación de la memoria, en el recuerdo mágico de la esencia expansiva que posee.
Los seres humanos padecemos de AMNESIA ONTOLÓGICA, como afirma el psicólogo Sergio Sanz, pues hemos olvidado lo que somos y lo que podemos llegar a ser.
Cuando una persona recobra la memoria y se da cuenta que es una semilla con toda la potencialidad para crecer y llegar a convertirse en un gran árbol y dar muchas flores y frutos, es cuando nace la posibilidad en su propia consciencia de realizar una transformación. En realidad no se transforma nada, sino que se recobra la memoria de que la vida es un proceso de transformación en sí misma, en el que se llega naturalmente a la realización de la esencia ascendiendo a las alturas de la potencialidad.
RECOBRAR LA MEMORIA, CAMBIAR LA PERCEPCION Y DARSE CUENTA DE QUE SE PUEDE, NO SUPONE UNA TRASFORMACION, SINO SOLO EL INICIO DE UN PROCESO DE CAMBIOS. LUEGO HAY QUE PASAR A LA PRÁCTICA.
¿Qué sentido tiene que te creas que te has transformado si sigues con los mismos comportamientos de siempre? ¿Para qué afirmar que la vida ha cambiado si ni siquiera se ha cambiado la manera de respirar? ¿Qué queremos demostrar diciendo “mi vida ha cambiado” si todavía estamos poseídos y dominados por el miedo, la ira, o la culpa?
Que sano sería, para cada persona que está haciendo algo para que su vida cambie, que reconozca las actitudes y comportamientos que quiere que cambien, pero no para obsesionarse para que eso cambie, sino para tener la referencia consciente de cuáles son los signos que le anunciarán de que algo ha cambiado en lo profundo de sí mismo.
Todo aquel que esté en un proceso de cambio, que medite y se plantee la sustentabilidad de cada uno de los cambios que se van produciendo, porque esta es otra tendencia bastante extendida, que el cambio real en la vida sucede por unos días nada mas, y luego todo sigue siendo lo mismo. Los bucles del pseudo cambio: reflexiono o tengo una experiencia, decido cambiar, hago algún cambio pero no lo sostengo, y luego todo continúa más o menos igual que antes. Una y otra vez sucede así, incluso durante toda la vida.
Tengamos mucho cuidado con hacer cambios para que todo siga siendo igual. Porque eso solo servirá de alivio transitorio. Es muy satisfactorio creer que hemos cambiado, pero es muy frustrante comprobar que nada había cambiado en realidad.
Estemos atentos, no saquemos conclusiones parciales, seamos cautos, pacientes y consecuentes, y de manera automática se activará este GPS espiritual que nos guíe e indique a cada momento cual es el camino a seguir. Porque en el fondo el destino final es la libertad, ese lugar de donde venimos.
No importa cuánto tardes, ni la secuencia de cambios que experimentes, sino que detrás de cada uno de ellos vayas sintiendo más libertad, porque ese es el mejor parámetro para saber si nuestra vida se está transformando.
Ya estamos listos entonces para iniciar una serie de artículos acerca del CAMBIO Y LA TRANSFORMACIÓN. Esta ha sido la introducción.
Llevo escribiendo estos artículos desde el año 1989, cuando me di cuenta que mi vida había comenzado a cambiar.
Al día de hoy, y después de casi 30 años puedo asegurar que el camino de la transformación es apasionante, enriquecedor, maravilloso y a la vez muy duro, pero solo a ratos. En este camino hay momentos de grandes decisiones, de confusión, de tremendas confrontaciones, pero todo ello es parte del juego del despertar.
Alberto Jose Varela