EL JUEGO DE LA COMPRENSIÓN
Un juego en el que no hay ganadores ni perdedores, sino participantes más o menos conscientes o inconscientes.
Tuve un amigo cuando era adolescente que se llamaba Juan Carlos, hasta el día de hoy no he conocido un hombre más inteligente y a la vez poético como él, es quien me enseñó a pensar de manera lógica, matemática y ordenada, pero también a expresarme poéticamente. El paso a paso de un procedimiento inteligente requiere tener un gran conocimiento, él lo tenía, y de él aprendí a estudiar, memorizar, calcular y planificar cada movimiento tanto en el ajedrez como en la partida de la vida. Leer o escribir en clave poética también requiere de un procedimiento sensitivo, y Juan Carlos lo hacía a la perfección.
De repente ambos nos vimos metidos en una situación que se puede equiparar a una partida de ajedrez, que requería de una jugada maestra para poder quebrar al otro. Éramos amigos, ambos hicimos la jugada, pero eso nos apartó para siempre. Éramos capaces de hablar durante muchas horas seguidas con apenas 17 años de edad. Nunca más tuve el honor ni el placer de tener un diálogo con él. Un auténtico genio sensible que marcó mi vida para siempre.
En un determinado momento de mi vida, y con 18 o 19 años, yo me hice a un lado del camino la mente racional, que pareciera ser el único camino posible para transitar la vida, pero escogí el camino del corazón, la jugada maestra para mí fue salirme de la lógica y sorprender, irrumpiendo en mi vida con un movimiento intuitivo, impulsado por mi sentir.
Desde entonces no conozco otra manera de actuar en mi vida que esa. Estoy en el mismo juego que todos, pero mi estilo consiste en aguardar a que la partida se complique, apoyo incondicionalmente todos los planteamientos racionales que se hacen, y de repente actúo misteriosa e impredeciblemente desde el corazón. Pero esa jugada maestra que realizo una y otra vez en diferentes momentos y circunstancias de mi vida nunca está previamente calculada, surge espontánea sólo cuando la situación lo exige.
No estoy hablando de cómo movernos dentro del ajedrez sino de la vida.
El juego del ajedrez plantea realizar un recorrido de movimientos a través de la teoría y la memorización, pero como bien dijo Bobby Fischer, uno de los mejores jugadores de ajedrez de la historia, “por ese camino nunca se llega a nada”.
La partida se complica para quien de repente es sorprendido por lo irracional.
El próximo movimiento es el más importante, pero ¿Quién puede saber cuál será el próximo movimiento de alguien que no se rige por la razón? Es imposible saber lo que hay en la mente de alguien que realiza un recorrido lógico y matemático para llegar al punto en que se vea auto-acorralado por lo irracional y entonces poder saltar una vez más a lo impredecible.
El otro se descoloca ante una jugada irracional. ¿Qué puede haber dentro de una mente que no tiene ni idea del riesgo de perder?
Quienes juegan y atacan creen que van por el camino correcto, porque justamente la memoria y la teoría conducen por lo correcto, pero cuando se encuentran ante alguien que en algún momento hace lo “incorrecto”, dejan de tener el control sobre la partida.
He descubierto que lo “incorrecto” es actuar desde el coraje y la confianza dentro de un mundo que teme perder, y de personas que antes de actuar se aseguran de todo.
Así es como Bobby Fischer gano el campeonato mundial hace unas cuantas décadas, nadie le conocía en el mundo del ajedrez, de repente en solo un mes estaba ante la final del campeonato mundial. Paso de ser un desconocido a ser el artífice de una jugada maestra que dejó claro quien ha sido el mejor jugador de ajedrez de la historia.
Su contrincante Boris Spassky se puso de pie, y simplemente le aplaudió, cada vez más fuerte y sin parar, todos los presentes se sumaron ante un Bobby Fischer que se quedó sentado unos minutos pensando y luego se marchó para desaparecer del escenario mundial del ajedrez. Nunca aceptó ninguna oferta económica para promociones. Cuentan que acabó como un vagabundo.
Quizá, eso que aprendió en el tablero no supo llevarlo a la vida. Y es muy normal para la mayoría de seres humanos muy inteligentes, que son realmente brillantes sobre el tablero, pero no sobre la realidad. La inteligencia lógica, competitiva y racional sabe moverse sobre el mapa, pero se pierde cuando tiene que dar pasos por el territorio. A no ser que nos atrevamos a escuchar la intuición y seguir al corazón, cada paso que demos va a estar seguido por la sombra del miedo y la inseguridad.
El mundo espiritual, terapéutico y chamánico están acercándose cada vez más para impulsar la inspiración de millones de personas que necesitan realizar una jugada maestra en su vida. En la organización que he fundado y dirijo, me dedico a crear las condiciones para que cada persona que me acompaña en este juego de la comprensión, pueda despertarse y llegar a ser consciente del juego, para luego poder sacar de lo más profundo de su propia comprensión la jugada maestra que necesita para su vida.
Lo estoy viendo, lo estoy disfrutando, lo estoy sintiendo en mi corazón. Y es esta presencia y observación hacia quienes me rodean lo que me llena, comenzando por mi compañera Paula y Hugo que ahora están a mi lado, siguiendo por mis seis hijos, por los gerentes de la empresa Inner Mastery y por los facilitadores de Ayahuasca Internacional hasta llegar a los profesores de la Escuela Europea Ayahuasquera, los alumnos, y los participantes a los retiros que realizamos, sin olvidarme por supuesto de todos aquellos que me critican y condenan, ya que estos últimos juegan un papel fundamental en el desempeño de esta maravillosa partida de ajedrez, en la que ni las piezas del juego ni los jugadores son los que tienen el poder; porque es un juego dirigido por y para la consciencia.
Como dicen los maestros del ajedrez, es un juego para los buscadores de la verdad, que lo ganan aquellos que dejan de buscar; aquellos que se rinden ante el misterio que esconde la vida; es ahí cuando el rey se tumba por decisión de quien venía defendiéndolo, declarando una derrota que anticipa el triunfo para toda la vida.
La entrega y la rendición abren la puerta a una nueva y asombrosa realidad.
Aquí estoy yo, en un hospital de la india, tratando de resolver un problema de salud. Entre visitas de médicos y estudios, tuve el tiempo de escribir estas líneas a los lectores de este blog, y de entregarme una vez más al jaque mate con humor. Porque este juego de vivir parece cosa seria, pero es para reír.
Fischer representaba a Estados Unidos de Norte América, y Spassky representaba a la Unión Soviética, fue la época de la guerra fría entre esas dos potencias mundiales de aquel entonces. De igual modo, detrás de toda partida hay intereses ocultos e intenciones que van mucho más allá de un enfrentamiento, y detrás de cada partida cotidiana que jugamos con la vida y con los otros, está oculta la posibilidad de volvernos más conscientes, sobre todo, del sentido del humor de quién ha creado este juego existencial.
Saludos a todos.
Alberto José Varela