EL SENTIDO Y PROPÓSITO DE LA MANIPULACIÓN DE LA IMAGEN SOCIAL DE UN INDIVIDUO
¿Cómo resolver los problemas de odios, rencores, envidias y luchas de poder en el sector espiritual-ayahuasquero?
Ante la importancia que la mayoría de personas le dan al “qué dirán” y ante la credibilidad que se ofrece a todo lo que se dice de alguien -sobre todo lo negativo- , surgen diferentes maneras de destruir al otro, de marginarle e incluso odiarle; actitud que demuestra que los humanos tenemos una necesidad imperiosa de pensar que el otro es malo, peor, incorrecto, peligroso o amenazante. Es posible que desde el sentimiento de inferioridad, se tenga que asumir un rol degradante con los otros para que no aparezcan como superiores a nosotros; pero las motivaciones de esta actitud son mucho más profundas.
“DEMONIZAR”, significa retratar o hacer ver a alguien como malvado o amenazante. Tratar de demostrar que alguien es peligroso para la sociedad.
Cuando se demoniza a alguien, está listo para ser condenado, linchado, criticado, odiado, rechazado… incluso antes de demonizarle es conveniente endiosarle, para que la caída sea mucho más estrepitosa.
¿De dónde proviene esa necesidad de eliminar al otro?:
¿Porque piensa o es diferente? ¿Porque está demostrando algo que no agrada a otros? ¿Porque es real y demostrablemente malo, peligroso, repugnante? ¿Porque dice cosa diferentes o confrontadoras? ¿Porque no está de acuerdo con otras creencias? ¿Porque es una molestia social? ¿Porque incomoda a la mayoría el hecho de que sea reconocido o que tenga autoridad? ¿Porque es visto como una competencia en la lucha por algún interés?
Te invito a que reflexiones lo más profundamente en estas palabras de Osho:
¿Cómo se puede ver con los ojos de amor a otros, si de repente te encuentras con alguien a quien estás viendo como demonio o enemigo?
El autoengaño de muchos pseudo espirituales o pseudo superados o trascendidos es que predican el amor, la unidad y la sanación, pero conservan en derecho de ver a otros como si estuvieran equivocados o fueran malos, incluso lo demonizan para manipular a otros a que le critiquen y destruyan. Es una actitud vigente en el mundo de la espiritualidad y la ayahuasca en este momento.
Yo mismo he sido demonizado por buena parte de la comunidad Ayahuasquera, y esta actitud ha dejado expuesta esta incómoda realidad para quienes me demonizan y que expongo ahora mismo; he sido mostrado como un enemigo de la ayahuasca, me envían muchos mensajes anunciándome que la ayahuasca me va a matar, que voy a tener un accidente, lo dicen con un tono como si lo desearan más que lo pronosticaran. Todo eso no puede venir de un corazón abierto ni de una consciencia que está despierta, es obvio que hay una dicotomía, un doble mensaje, una división. Por un lado hablan de lo sagrado, y por otro lado aborrecen y odian. Miren este ejemplo de un mensaje que he recibido de Odraude Oironrt (de Toluca de Lerdo):
“Es una tristeza que existan personas como tú, que prostituyen la medicina ancestral. Eres una aberración, un ser sin escrúpulos, enamorado del dinero, y que ni idea tienes de lo que es la espiritualidad. Eres una vergüenza para las personas verdaderamente respetan a la ayahuasca”
Es evidente que esta gente está en un camino de lo sagrado o de la espiritualidad, pero la viven de manera teórica o imaginativa todavía, y está muy bien que así sea pues por algo se comienza; si mi imagen pública les activa esta necesidad de demonizarme, me parece muy útil que se aproveche esta situación para que cada uno se vea a sí mismo, y se dé cuenta de la incompatibilidad que hay en la actitud que tienen con lo que su alma busca para sí mismos.
Este fin de semana he estado en India, descansando en una playa del sur, escribiendo, compartiendo con amigos, conversando, y por supuesto también cantando canciones que son más bien oraciones de mi corazón para que absolutamente todas las personas que están dando ayahuasca en el mundo, y todas las que están tomando ahora mismo, lo estén haciendo con el debido respeto, y que todos estén siendo protegidos y guiados por la energía de la sanación, que va mucho más allá de nuestras contradictorias y enfermizas actitudes.
Todos los que trabajamos de alguna manera con la consciencia, la sanación, la trascendencia, la espiritualidad o la transformación del ser humano, debemos reconocer que solo desde la unidad espiritual y desde el corazón de todos nosotros, podremos crear una energía de integridad y pureza que llegue al mundo con gran poder. Desde la división, la energía de la sanación se diluye y se distorsiona. Desde la unidad se puede adquirir una masa crítica que tenga el poder de llegar hasta el último rincón de la tierra, pero no llevando ningún mensaje cual misioneros, sino apoyando incondicionalmente la expansión de la energía sanadora, cuya naturaleza propicia una consciencia despierta y un corazón abierto al amor.
A quienes me han demonizado os invito a la reconciliación, a la unidad, al perdón. Todos estáis invitados a venir si queréis a nuestros eventos. Aunque no sea a apoyar, sino a conectar de corazón en respeto de lo que hacemos aunque sea diferente a como lo hacen los demás. Y estamos dispuestos y abiertos a apoyar a todos los que trabajan, aunque diferente que nosotros, con el mismo propósito sanador. ¿Qué sentido tiene estar arrojando piedras sobre nuestros tejados?
Ha quedado atrás la época de las competencias, de las envidias, de los rencores y resentimientos. Ya no hay lugar ni tiempo para dedicarse a la destrucción. Las personas que quieren evolucionar y expandir su consciencia, aunque puedan estar mal, dormidos, perdidos o en una búsqueda precaria, son suficientemente inteligentes para darse cuenta de que quienes están en una guerra no son dignos de ser escuchados, y mucho menos seguidos.
Unámonos en la construcción, en la aceptación incondicional, en el respeto mutuo, en el sentimiento de gratitud hacia el otro por ser como es y hacer las cosas como las hace.
Alberto José Varela
