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CREANDO VÍNCULOS AFECTIVOS DE SANACIÓN. La conexión humana desde nuestro Ser tiene un gran poder transformador.

LA LLEGADA DE TANTAS COMPRENSIONES GRACIAS A LOS OTROS.

Dialogar desde el corazón puede elevar la vida de cualquier persona.

 

Hoy es lunes 21 de octubre, son las 5 de la mañana en España, llevo más de 8 horas respondiendo a personas de todo el mundo, es apasionante la interconectividad espiritual que tienen los diálogos que se entrecruzan al mismo tiempo; estaba escribiéndome en línea con más de 10 personas a la vez entre whatsapp y Messenger, de repente me di cuenta que estaba conectado al mismo tiempo con muchas personas y de lejanos lugares: Mar de Australia, Leila de Argentina, Paola de Uruguay, Carolina de Chile, Laura de Marbella- España, Ilana de Israel, Mariana de Argentina, Claudia de Suecia, Miquela de Italia, Elyah de Madrid-España, Nico de Usa, Fernando de Turkia, Jesús de Ceuta-España; entre otros;  y puedo afirmar que todos representan una parte apenas de la inmensa red de vínculos afectivos que tengo con lectores y colaboradores de gran parte del mundo.

Quiero contarte algo que puede cambiar aspectos centrales de tu vida.

Entre las 19 horas del Domingo 20 y hasta las 3 AM del lunes 21 no paré de leer lo que me escribían y de responder.   Lectores, colaboradores, alumnos… pero todos profundamente sentidos en mi corazón como amigos/as, hermanas/os o compañeros/as de camino de evolución interior por el que transitamos.

Todo comenzó cuando hoy me quedé a solas con mi hija Anahí de 16 años, fueron 2 a 3 horas que jamás olvidaré en mi vida, ella me hizo una pregunta muy personal, secreta y planteada de manera profunda. Estábamos entrando a un restaurante cuando lanzó la pregunta, no respondí nada, quería sentarme, respirar, pedir la comida y beber un trago de cerveza, supe que era una oportunidad de oro, entonces la miré a los ojos y me di cuenta que había llegado el momento de crear un vínculo mucho más profundo con mi hija, con quien solo viví 2 años nada más, porque me separé de su madre y hemos tenido muy poco contacto en tantos años. Pero todo estaba latente, abierto, dispuesto, y preparado para que surgiera.   Me pregunté por dentro: ¿Por qué no me vinculo con algunos de mis hijos igual que con tanta gente?  Y hoy me di cuenta de que esto es algo que no se puede forzar, sobre todo con la familia de sangre, es como un milagro que tengamos un vinculo de amor, autenticidad y transparencia con integrantes de la misma familia, pero se puede, solo hay que estar atentos a que llegue ese momento mágico de abrir los corazones para conectar, entonces se hace posible. A veces ocurre poco a poco y a veces es de repente porque surge algo que permite que el amor se manifieste en un dialogo.  Todo dialogo de amor acaba indefectiblemente en un vinculo profundo por el que transitarán muchas cosas preciosas.

Las personas con las que compartí estas horas de sanación me expusieron muchas cosas de su vida, alguien me dijo “Mi hermana se quiso suicidar” otra me comentó “Me siento feliz por lo que estoy haciendo ahora”, otra confesó: “Me atrae mucho un hombre casado y con un hijo, pero siento culpa de tener algo con él” otra me preguntó ¿Cómo hago para sanar la bulimia?  otros me comentaron: “Es el mejor momento de mi vida”, “Quiero atravesar este trayecto de evolución en mi vida contigo” “Me gustaría verte y hablar varios días contigo” “Ahora comprendo muchas cosas. Te comprendo. Y eso en sí ya es una comprensión que me está explotando todo”. TU ERES LO MEJOR DE MI. “No podría imaginar nada más precioso para mi vida de lo que me está ocurriendo”. Siento que estoy a tu lado y que tú estás a mi lado… y es mágico” “Necesito seguir compartiendo estas cosas contigo. ¿Cómo abrazarte para que sientas mi amor?

Muchos me contaron que sienten mi presencia con ellos y ellas, o que se están dando cuenta del poder que tienen los vínculos que estamos creando, porque es como si siempre estuviéramos juntos aunque estemos incluso muy lejos en distancia geográfica.  Ante tantas palabras y experiencias que me llegaron, solo pude escuchar, integrar y apoyar; expresar lo que siento con cada uno y ante cada cosa que me llega. Me he vuelto incapaz de dar consejos, sólo puedo mostrarme tal cual con lo que me surge a cada momento. No es necesario decir a nadie lo que debe hacer, sobre todo si le amamos y queremos que comprendan por sí solos.

A algunos de ellos yo les escribí porque les echo de menos, uno de ellos es Fernando, un profesor de psicología que colabora como facilitador y mentor de la Escuela Consciente, hablamos de la película Joker y los psicópatas, me envió un precioso texto de Miguel Torres: “Los desafíos son grandes: se trata de construir un mundo mejor, más justo, donde nadie tenga que arrastrarse en el lodo por no tener oportunidades. Se trata de acercarte con compasión a quienes sufren y alentar sus vidas. Que diferente sería el mundo si miráramos a cada ser humano con compasión” y al final me escribió algo personal: «Esta fuerza interior nace en el encuentro con un ángel (un amigo, un tutor, un maestro) que le sostenga en su caída y le recuerde su belleza y su dignidad. Es lo que nos pasa a muchos en esta organización Inner Mastery a partir de tu presencia”

Y para terminar mi día, me contactó Jesús, otro amigo que echo de menos, me envió un libro de 200 aforismos, él es un profesor de Griego y gran buscador espiritual, Jesús leyó mi libro y se tomó el trabajo de hacer una selección de textos para compartirlos con muchas personas. Escribió un prólogo precioso, como si fuera el relato de un enamoramiento, pero que deja ver el poder sanador de los vínculos: “Cuando conocí a Alberto José Varela y empecé a saber de su vida y su obra intuí inmediatamente que me encontraba ante una persona extraordinaria, uno de esos seres que han gustado el vino de la Verdad y han quedado embriagados por la dulzura de su esencia. Esa intuición dejó paso a la certeza durante una sosegada cena a la que tuvo la deferencia de invitarme en tierra italiana una noche de eclipse de luna del pasado verano de 2019. En el transcurso de la conversación se me fue revelando que Alberto José encarnaba como nadie el arquetipo del José bíblico, arrojado por sus hermanos a las profundidades de un pozo, vendido a unos mercaderes como esclavo y encarcelado después injustamente en Egipto. Solo al cabo de todo un largo proceso de pruebas, el profeta José pudo descubrir la verdad de lo que había visto en sueños e integrar así en un plano de compresión más elevado todas las vicisitudes sufridas en su azarosa vida. Al igual que el José de la Biblia, para nuestro José fue también la experiencia de su injusta prisión, “el estar metido en un pozo oscuro e infinito”  lo que le obligó a conectarse con su propia profundidad y fue allí, en lo más profundo de su corazón, donde descubrió que la Vida lo había dispuesto todo a la perfección, que no había lugar para el error, que la Vida, nombre que él prefiere al de Dios, lo había metido en prisión para que pudiera alcanzar la Libertad. Fue plenamente consciente de que cuando uno se resiste a recibir y a aceptar la dosis de Gracia que le ha tocado, la Vida tiene que actuar. Supo entonces claramente que había llegado el momento de aceptar esa dosis y que aceptar no significaba meramente conformarse ni resignarse, sino que era decir “sí” con gratitud y desde el corazón a todo lo que le llegase, fuera lo que fuera. Fue esa aceptación agradecida y confiada lo que le permitió gustar la Libertad con mayúsculas, esa Libertad que es la realidad esencial de cada ser y la absoluta comprensión de lo que nos sucede. Para comprender la Verdad tenía que zambullirse en ella. Y esa compresión es la iluminación. Fruto de esa experiencia inolvidable fue un primer libro que publicó con el título “Desde la cárcel, desde mi Libertad” y del que he seleccionado los doscientos aforismos que me han hecho vibrar de manera especial. He dejado en el tintero muchísimos más. Invito a todos los que los lean a meditar sobre ellos puesto que provienen directamente del océano de la Realidad y los animo a comprar el libro para zambullirse más profundamente en el mensaje liberador de José Alberto Varela de cuya amistad y enseñanza me siento grandemente honrado y profundamente agradecido”.

 

«GRACIAS», LA PALABRA QUE DELATA UNA EXPERIENCIA:

A cada persona con la que contacté hoy le conté algo de mí, de mi vida, de lo que a mi me pasa también, de lo que veo y siento. Por eso lo considero sanador para todos y por ello la palabra que tiene todo el protagonismo en todos estos diálogos es “GRACIAS”.  Esta palabra cuando surge desde el corazón habla por si sola del fenómeno del amor.

A las 4:32 AM me llegó el último mensaje de una mujer pero que representa exactamente mi vida y el resumen de esta situación: “No me quiero escapar más. Esa parte de mí precisamente está muriendo… la parte que huía… ya no la necesito, no la quiero” 

¿Por qué no compartir nuestra vida con otros? ¿Qué nos puede impedir abrir nuestro corazón desde la pureza? ¿Porque no contar lo que me sucede o lo que dicen de mí?  He publicado tantas difamaciones que han hecho de mí, entonces ¿Por qué no compartir lo que de mi conmueve a la gente? He activado tanto rechazo y juicio a tantas personas, y lo he aceptado con mi corazón abierto a la comprensión, por tanto, recibo con la misma apertura todo lo que pueda inspirar espiritualmente a otros. O aceptamos todo o nos toca vivir en el rechazo.

Todo esto es apenas una parte de mi día a día, es una muestra pequeña de mi vida, y poder abrirme a mostrártela con autenticidad me pone en disponibilidad de que puedas conocerme más, tanto en lo que soy como en lo que no soy, para que la pureza pueda seguir guiando el proceso de vinculación a través de las palabras, las miradas y los abrazos de amor que seguiremos compartiendo de por vida.

 

Alberto José Varela

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Alberto José Varela

Fundador de empresas y organizaciones; creador de técnicas, métodos y escuelas; autor de varios libros. Estudiante autodidacta, investigador y conferencista internacional, con una experiencia de más de 40 años en la gestión organizacional y los RRHH. Actualmente crece su influencia en el ámbito motivacional, terapéutico y espiritual a raíz del mensaje evolutivo que transmite.

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