MUCHA GENTE QUE ME LEE O ESCUCHA ME PREGUNTA “¿POR QUÉ NO HABLAS DEL AMOR? HABLAS DE TANTAS COSAS Y QUE POCO SE OYE DE TI ACERCA DEL AMOR”
“Me gusta mucho más hablar de dinero, de sexo, de comidas, de trabajo, de viajes y experiencias con personas, pero me resisto mucho a hablar del AMOR, me atrae hablar de lo que no es importante”.
Lo primero que sugiero para hablar del amor es considerar que todo lo que se pueda decir acerca del amor sólo es una mínima parte de lo que realmente es. Lo real, lo profundo, lo trascendente no puede ser expresado en palabras, incluso las palabras contaminan el significado de lo esencial. Por esta razón, me expresaré desde la experiencia y no desde el deseo, desde la vivencia y no desde las teorizaciones, desde lo que siento y no desde lo que pienso.
El amor que conocemos, o que buscamos y del que tanto hablamos no es amor verdadero, sino una fotocopia, un imitación, un pseudo amor, es como que le hemos cambiado su verdadero significado y eso es lo primero con lo que hay que luchar cuando queremos profundizar en algo, que, casi seguro, todo lo que sabemos sobre ese algo es incorrecto. Hay que buscar lo verdadero detrás de lo falso o aparente.
Parto de esa base. No sabemos nada sobre el amor. Y lo que sabemos está muy contaminado por experiencias egóicas o superficiales, que no son malas o negativas, sino meras aproximaciones de las que no se pueden sacar conclusiones acerca del amor.
De todo lo leído sobre el amor, desde la filosofía, la teología, la poesía y la mística, sólo puedo rescatar una definición de la más precisa de entre millones de palabras y es de Osho, el dice: “El amor no es una relación sino aquello que nos relaciona con el todo”.
Una de las experiencias más significativas que me ocurrieron para comprender al amor fue en una toma de ayahuasca.
Un día tomé Ayahuasca para consultar con la sabiduría espiritual que esta planta de poder inspira, y le pregunté: ¿Qué está ocurriendo con el amor en los seres humanos? La respuesta es para escribir todo un libro, toda la noche estuve viendo y comprendiendo las raíces del por qué no amamos, del por qué el amor es algo tan difícil para los humanos, del por qué el amor está tan lejos y del por qué aparentemente sufrimos a causa del amor.
Muchas veces uso estas tomas de estudio (como dicen los chamanes) para ver y comprender aspectos del ser humano, para profundizar en temas e ideas que me surgen; en resumen, la revelación fue increíble, se me permitió entrar dentro del Amor, no lo dudé, me metí dentro del amor, como entidad viva, como si me metiera dentro del corazón de una persona, de repente me CONVERTÍ EN EL AMOR, como una energía que viaja y visita a todo ser vivo, y sentí desde el seno mismo de la esencia del amor algo revelador: sentí el rechazo de los seres humanos hacia mi, los humanos no me aceptan, dicen que quieren amar pero no es verdad; he recorrido a millones de seres humanos, les visitaba para pedirles que me dejaran entrar, y cada uno me decía algo a modo de excusa para no dejarme entrar en ellos, me decían: “tú me haces sufrir…” “Tú eres peligroso…” “Tú me descontrolas…” “Tú me vas a llevar por espacios desconocidos…” “Tú me das miedo…” incluso muchos me dicen “Tú no existes…” aun así les creo situaciones para que no se puedan escapar de la experiencia de abrirse al amor, pero huyen, salen disparados de la posibilidad de dejarme entrar. Como si fuese una desgracia o un enemigo.
Pude experimentar qué siente el amor como ser vivo, eterno e infinito con nuestra actitud y pude comprender esto tan terrible para la mayoría de seres humanos, que el Amor se ha ido, y ya no está al alcance de aquellos que se resisten. Entonces salí de adentro del amor, me puse frente a él, me miró y me dijo: “me marcho ante tanta negación, ante tanto miedo hacia mí, pero siempre estaré disponible para quien me llame”. Y agregó: “me llaman muy pocos, y veo su corazón, veo en quien me convoca si tiene la intención de darlo todo a cambio de nada, de aceptar incondicionalmente la vida, las personas y todas las cosas tal como son; veo en cada uno que me invita, si tiene la autenticidad de su entrega y de su apertura, y entonces me hago presente. Mi presencia es la recuperación con la unidad, me ocupo a devolverles a la totalidad. Soy la unión que habita en la nada y que todo lo complementa. Viajo a través de ondas electromagnéticas que trascienden y alteran el tiempo y el espacio, cual sistema conectivo capaz de transformar la percepción de todo”
El amor me dio un mensaje para mí que quiero compartir: “Eres bienvenido a la vida, tenias que estar en este momento y ser así como eres en la existencia” Esto produjo en mí un efecto ilimitado, me reconecté conmigo mismo, con el sentimiento de dignidad; me devolvió a mi esencia y me hizo ver que la creación es incondicional y que por tanto todo lo creado puede ser incondicional con la creación.
El amor ocurre cuando lo creado se reconecta con su esencia creadora. Es un romance interno que se proyecta a través de la incondicionalidad. Es en ese momento cuando nos damos cuenta que somos únicos e irrepetibles, y que cada ser humano es diferente a otro, que surge una comprensión de tal magnitud que no podemos escapar del sentimiento de amor hacia todo lo creado.
Cuando comprendemos al otro, le aceptamos, le miramos incondicionalmente, le acogemos en nuestro corazón, es cuando trascendemos los limites racionales y materiales, para volvemos excepcionales.
Yo no puedo decir si amo o si conozco el amor; solo quienes me conocen, quienes me acompañan, quienes comparten la vida conmigo pueden afirmar si lo que de mi emana es amor. Y si eso fuera así, puedo asegurar que soy un SER EXCEPCIONAL.
Alberto José Varela