LO QUE DECIMOS, ESCRIBIMOS, LO QUE LEEMOS Y ESCUCHAMOS.

Dedicado a Aisha, una niña-mujer que inspiró este momento de comprensión. (de la foto de portada)

Me acaban de informar los encargados del marketing de la organización que dirijo,  que hemos recibido más de 3 millones de visitas a nuestras páginas en solo 15 días de mayo. Nuestros textos son leídos en todo el mundo. Nuestros vídeos son vistos por miles de personas. Y esta realidad me hace reflexionar sobre el impacto que puede generar una idea, una frase, un conjunto de palabras.

Innumerables mensajes me llegan de gratitud y felicidad por el efecto que produce aquello que publico en este blog. Y cada uno de esos mensajes están hechos con palabras que llegan a mi corazón, que acarician mi alma y me llenan de satisfacción.

Creo que fue uno de los genios de la psicología que dijo sabiamente: «La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas.

Si me permites quiero decirte algo, hoy viernes 20 de mayo del 2016:

“Sea cual sea la situación que estés atravesando, te comprendo”  puedo aceptar y respetar todo lo que quieras decirme. Llevo muchos años leyendo críticas acerca de mí, del trabajo que hago, de la organización que he fundado. He recibido y decodificado el mensaje escondido que traían a mi vida.

Puedo ver y sentir cada día de mi vida aquello que les ocurre a los seres humanos. Anoche fui a cenar en Santiago de Chile a un restaurante, me senté solo en una mesa, todas las demás mesas estaban llenas de gente, amigos, parejas,  todos hablando y compartiendo, yo oyéndoles a todos a la vez.  Me llegaron tantas cosas de lo que nos está ocurriendo a los seres humanos. Me remití a mi interior, pude  ver y sentir lo que me ocurre a mí. Lo abrazo, lo acepto, lo amo, lo integro y lo transformo. Pero soy consciente que la mayoría de personas no pueden trascender sus dificultades, que no pueden resolver sus problemas, que muchos ya ni siquiera pueden aliviar los síntomas o malestares que padecen, es tan evidente la infelicidad, es tan obvia la insatisfacción. Se puede ver en gestos y movimientos, en palabras y miradas… y todo lo que me llega me atraviesa el alma, me produce tristeza y dolor, siento impotencia, y es entonces cuando todo está listo para dar el gran salto dentro de mi hacia el amor y la comprensión. Este es uno de los procesos de transformación que marcan nuestra vida para siempre.

Por eso puedo comprender lo que nos está ocurriendo. Me comprendo a mí y te comprendo a ti. Solo quería decírtelo, gracias por leerme. Muchos días no publico nada en este blog por temor a que no me comprendas. Es posible que te esté subestimando. Lo siento.

Te invito con todo el amor que siento al escribir, que hagas lo posible para que tú me comprendas a mí y a todas las personas que conozcas.  Comprendámonos. La comprensión es un camino de realización que propongo en todas las cosas que hago y digo.

Desde ese espacio de comprensión que se genera dentro de cada uno se pueden comenzar a realizar extraordinarios logros en la dirección de una vida mucho mejor.

 Enviémonos palabras cargadas de bondad.  Comuniquémonos con delicadeza. Expresémonos con amor. Y en este acto vamos a estar creando las condiciones para que algo nuevo surja en nuestra vida, que no esté conectado con el odio y la ira, que no tenga carga de resentimiento ni juicio, sino que tenga la pureza del alma que nos posee.

Necesitamos sensibilizarnos en la expresión, acariciarnos cuando nos hablamos, ser conscientes cuando nos dirigimos a otros. Disculpa, creo que soy yo el que lo necesita.

Dedico este post a una niña preciosa, que se llama Aisha. (Ella es una preciosa colaboradora y facilitadora de esta organización) Hoy la vi en el teléfono cuando me llamó, y al ver esa foto de niña con un pequeño patito o pajarito, dije dentro de mi… debo escribir a esa niña que está haciendo todo lo necesario para convertirse en una poderosa mujer.

Recibí un mensaje de Aisha en el chat de esta gran familia, donde contaba con sensibilidad lo que le estaba ocurriendo , fue tan claro y limpio lo que escribió, que surgió natural la comprensión, y me dio  el impulso e inspiración para escribir estas  cortas palabras… que con tan solo escribirlas ya son medicina para mí.

 Alberto José Varela

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