alberto varela turquia

¡EL MAESTRO SE CAYO EN UN POZO¡

Una anécdota de un líder espiritual en estos nuevos tiempos que la transformó en una historia en la que nos cuenta la manera absurda de como asume e integra un hecho, una situación o un accidente de la vida. Esta carta me la escribió Alverto, que cuenta una experiencia divina, aunque parte de algo tan simple, que quiero compartir (Con la autorización de Alverto)

Hola Michela, te cuento que tuve un accidente iluminador, estoy en Capadocia, Turquía, aquí hay miles de grandes cuevas en las montañas, estábamos explorando una cueva muy especial porque es donde metían a gente con trastornos mentales o desequilibrios, les ataban en la oscuridad hasta que se sanaran. Cuando íbamos entrando, yo Iba caminando muy lentamente contemplando el techo y las paredes maravillosas de esta cueva milenaria, sin sospechar que ante mi había un gran pozo del que no podría escaparme, de hecho que no pude percatarme ni pude evitarlo. Sucedió el milagro: me caí adentro del pozo, era de unos 2 metros de profundidad, aunque en el fondo no había nada, yo no lo sabía, por tanto tuve una breve pero infinita experiencia en la que esa caída simbolizó una muerte súbita, ya que de repente y sin imaginarlo estaba cayendo en la oscuridad de manera sorpresiva e inesperada.

Cuando mi cuerpo de desplomó sin saber que había un pozo, tuve una experiencia enteógena de 1 segundo aproximadamente, en el que hice un viaje increíble por las infinitas posibilidades a las que me podía encontrar al llegar al fondo.  En ese viaje vi todo como si debajo de mí hubiera  una larga y angosta escalera por la que me iba a caer rodando por los escalones; también vi que eso era un pozo de agua y que me sumergiría en barro o agua sucia, a su vez vi que era un pozo muy profundo y angosto en el que quedaría atrapado en el fondo, herido y durante varios días metido allí antes de ser rescatado; también vi que ese pozo era mi tumba y que había llegado la hora de marcharme, y muchísimas cosas más, todas pasaron por mi mente durante ese segundo. Un auténtico espectáculo cinematográfico interno, ver cómo funciona el DMT cuando se activa de manera natural para crear imaginaciones a la velocidad de la luz y con una exquisita creatividad.

Al final lo que sucedió no fue nada de todo lo que imaginé, sino que era un pozo de unos dos metros de profundidad, con fondo duro y lleno de cosas que tiran los turistas, pero en la caída me golpee muy fuerte en la cadera, la rodilla y un brazo, del lado izquierdo.  Burak, uno de los colaboradores turcos, quien en ese momento estaba a mi lado, al verme que me caía se arrojó al pozo a sostener mi cabeza para que no me golpeara. De repente nos miramos los dos nos preguntamos uno al otro ¿Estás bien? y nos reímos. Allí arriba estaban unas 20 personas alrededor del pozo como si estuvieran en una tumba viendo como entierran a alguien, todos riendo y disfrutando la caída magistral del maestro.

Todo esto me llevó a un lugar adentro de mi adonde caí en picada, y del que no puedo salir, aunque ya pasaron 3 días de la caída, ya que sigo estando ahí, estoy atrapado en ese lugar, es portentoso, infinito, luminoso, expansivo y conectado a todo tipo de inteligencias de este y otros mundos. Parece que me cai en un lugar interno de mi que simboliza una conexión con todo y todos.

Así como la mente imaginó muchas posibilidades y ninguna de ellas fue la que realmente sucedió, la interpretación que hace la mente de lo sucedido es igualmente absurda, queriendo sacar conclusiones de porqué o para qué sucedió lo que sucedió. Lo único que puedo contarte es que después de la caída NO PENSE NADA, me quedé en un estado de no mente y me acorde de un gran maestro chino Chuang Tse, que un día pudo ver la facticidad de todas las cosas y situaciones, entonces se iluminó. Simplemente vio que todo ocurre porque sí, que no hay nada que requiera una elaboración lingüística para definirla, que los hechos no están diseñados para que los interpretemos o para que saquemos conclusiones, tampoco las cosas suceden porque quieran decirnos algo o enviarnos algún mensaje, todo es mucho más simple y divino a la vez; todo sucede simplemente porque sí. Entonces esta caída no es otra cosa que un hecho al que simplemente me entregué sin querer extraerle ningún significado, sino disfrutarlo con todo mi ser tal cual sucedió.

Estoy inmerso en un estado de caída libre, de confianza total, de entrega a lo desconocido, de incertidumbre iluminadora, porque esta experiencia me ha permitido verme ubicado en ese lugar de dentro de mí que me permite dedicarme apasionadamente muchísimas horas cada día a cuestiones creativas, inspiradoras e impulsoras de movimientos enriquecedores tanto para mí como para quienes están cerca y en contacto conmigo.
¿Será el amor diseñando nuevas maneras de manifestarse?

Quería contarte esta experiencia porque quizá algo parecido te esté pasando a ti, aunque no te hayas caído en un pozo pero quizá te estás cayendo en algún lugar, sin darte cuenta de que la vida está en total sintonía con lo que nuestra alma quiere experimentar. En estas circunstancias surge un sentimiento de desconcierto y gozo a la vez, como si la existencia y sus posibilidades se concentrarán al máximo en ese segundo de incertidumbre.

Como si existir fuera al final caer con la confianza de que soltar el control nos va a llevar al sitio donde en realidad pertenecemos.

Alverto. 7 de abril de 2023

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Alberto José Varela

Fundador de empresas y organizaciones; creador de técnicas, métodos y escuelas; autor de varios libros. Estudiante autodidacta, investigador y conferencista internacional, con una experiencia de más de 40 años en la gestión organizacional y los RRHH. Actualmente crece su influencia en el ámbito motivacional, terapéutico y espiritual a raíz del mensaje evolutivo que transmite.

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