AYAHUIASCA ENTRADA 28

¿HAY ALGO SAGRADO? Cuando se dice que algo es sagrado, hay un plan político, de poder y manipulación por detrás. En los orígenes lo sagrado tenía sentido, pero ahora es de dudosa utilización.

LA DENOMINACIÓN DE LA AYAHUASCA

Detrás del nombre y la definición de una planta amazónica hay todo un secreto de comprensión.

Planta selvática. Banisteriopsi caapi.  Mixtura vegetal. Medicina sagrada. Alucinógeno. Enteógeno. Veneno de purificación. Brebaje psicoterapéutico. Infusión depurativa. El bejuco del alma.  La planta de los dioses. La reina de las reinas. Liana de la muerte. Soga del ahorcado. Cordón umbilical del universo. Antena decodificadora de inteligencias extraterrenas. Banco de memorias de civilizaciones extinguidas. Remedio ancestral. Planta maestra y de poder. ¿Cuántos nombres tiene un mismo fenómeno?

Es evidente que tratar de definir una planta o bebedizo, que se ha convertido en una herramienta chamánica de curación y conexión espiritual, es un tanto complicado.  Para millones de personas de todo el mundo tomar este preparado vegetal hecho con plantas amazónicas es ¡La  experiencia de su vida!,  para otras personas, estos grupos que toman ayahuasca son un fenómeno de transformación que puede llegar a escala global. Para mí representa un movimiento mundial de la consciencia de unificación, o una nueva esperanza para la humanidad, la de poder resolver problemas que acarreamos desde hace milenios y que nunca hemos podido transcender.

Querer definir a la Ayahuasca, se está convirtiendo en una discusión con tono elevado y sin mucho sentido. Porque se la puede definir, calificar o denominar de infinitas maneras según el lugar desde donde se la mire, o según la moral o escala de valores que cada uno tenga. Desde las definiciones más concretas o elementales como puede ser llamarla “PLANTA”;  hasta las definiciones más abstractas o energéticas como puede ser llamarla “ESPÍRITU”, ambas tienen algo de verdad; en medio de esos extremos hay innumerables maneras de definirla. Hay gente que le llama Dios, mi salvación, el camino de la sanación, Daime, Yagé, Guía Divina…

Pero hay una definición que tiene a  mí entender un gran peligro en relación a la esencia de la Ayahuasca y a la evolución de la consciencia humana. Me refiero a llamarla SAGRADA. Es una definición que casi siempre que se utiliza crea problemas, divisiones y discusiones, e incluso hasta guerras.

Por ejemplo, si se define que una cosa, fruta o animal es sagrado, se protege, se idolatra, no se puede tocar, no se puede criticar, no se puede utilizar más que de manos autorizadas; pero los que dicen ser autorizados a tocarla o usarla son grupos que se han apoderado del derecho de uso exclusivo, incluso pueden organizar un sistema de autorización a otros que la puedan usar, (como si de una franquicia se tratase), y por lo general previo pago del derecho de utilización.  Hoy en día todo se puede comprar, incluso el acceso o el uso de lo sagrado. Son nuevas formas de indulgencia que siguen vivas desde hace siglos.

En el fondo todo viene de lo mismo, es la necesidad de idolatrar, de sacralizar, de diferenciar y de definir las cosas y personas poniéndolas en diferentes niveles para que unas tengan dominio sobre otras. El eterno conflicto entre el complejo de inferioridad y superioridad.

Quien toma Ayahuasca puede ver más tarde que temprano que todo es sagrado, o nada lo es. Ambos conceptos son iluminadores para abordar este tema. La ayahuasca, independientemente de cómo se la denomine, tiene un poder tremendo para llevar a la consciencia a estados de gran claridad, y una de las compresiones que llegan a través del uso de la ayahuasca es que todo está dentro de uno mismo, y a su vez es un reflejo de todo lo exterior.  Que lo interior y lo exterior son dos manifestaciones de la misma existencia o dos partes de la misma realidad. Por tanto es contradictorio segmentar una parte de la existencia material para aislarla, ponerla en un pedestal y definirla como sagrada, pues la estaríamos separando del resto para reconocer que eso sagrado es mejor que el resto. Esto no es lo que enseña la Ayahuasca, sino igualdad ante la creación y unidad ante el todo.

Es notable observar cuantas guerras se han producido por defender un libro SAGRADO,  o las palabras SAGRADAS de dicho libro; muchos de los fieles creyentes en esos libros afirman que solo hay un libro sagrado: el suyo; o un solo mandamiento SAGRADO, el de su libro. Por tanto si aparece otro libro sagrado y otros mandamientos sagrados, empieza la guerra. ¿Quién tiene la razón?

Al afirmar que algo es sagrado se quiere justificar y exculpar de todas las locuras que se le pueda ocurrir a la mente que ha decidido llamarle SAGRADO a algo.

La idea de que hay algo sagrado es lo más sagrado en una mente que quiere mantenerse aferrada a ese algo. Esa idea sagrada de lo sagrado es el punto en donde están parapetadas todas las religiones o creencias radicales.  Si te pregunto ¿qué es sagrado para ti? Tu respuesta daría el indicativo de donde está el punto clave a sanar. Pues o sagrado es lo que estamos protegiendo y no queremos tocar ni cambiar. Por ejemplo, si dices: “mi madre es sagrada”  ¡que nadie se meta con ella!. Es evidente que eso esconde algo.

Antiguamente, definir de sagrado a algo era con fines de preservación y cuidado. Para los indígenas de la antigüedad la diferencia que hay entre plantas normales y plantas sagradas, es que las primeras tienen propiedades curativas o alimentarias, mientras que las sagradas son plantas que enseñan, que muestran el más allá; las llamadas psicoactivas actualmente.  Los antiguos indígenas entendieron que si al tomar una planta podían recibir tanta información sobre ellos mismos, la naturaleza, el cosmos y las enfermedades, era porque esa planta era como un Dios, un Maestro o un Espíritu que les ensañaba, por eso comenzó a denominarse PLANTA SAGRADA.    De esa manera establecían diálogos internos con la planta y un vínculo de cierta dependencia para obtener la sabiduría que necesitaban, así es como comenzaron a  cuidarla y protegerla más que a otras, a sembrarla en lugares escondidos y rodeada de otras plantas protectoras. Eso permitió que se expandiera por grandes superficies de la selva amazónica.  Pero hoy por hoy considero con cierto peligro seguir llamándola así por lo antes expuesto. Si los indígenas que quedan quieren llamarla sagrada, está muy bien, porque no tiene ningún sentido dejar de usar la palabra sagrado para quién así lo sienta,  pero los occidentales utilizamos lo sagrado para manipular, no para proteger. Por tanto es sano observar con qué intención utiliza LO SAGRADO cada persona que lo utiliza esa definición de algo.

Si una planta expande la consciencia, y permite, tanto a personas con afecciones como a chamanes curanderos, acceder a otros planos de la realidad para comprender por qué suceden las cosas en este plano material, no precisamente tiene que ser porque esa planta sea un espíritu ni lo contenga, puede que sea una inteligencia encriptada en una planta, puede que sea la reencarnación de toda una civilización, o la mente de un extraterrestre que ha venido a darnos una mano;  o simplemente puede ser el resultado evolutivo de una naturaleza que sabe lo que necesitamos y nos lo ofrece a través de plantas. Puede haber millones de interpretaciones, y todas pueden ser validas o más o menos ciertas, pero lo que reamente importa, al menos para mí y en este contexto, es aquello que produce.

En mi caso ha impulsado una transformación de vida que puedo llamar de “milagrosa”, en el sentido que era  imposible para mí hacer los cambios que he hecho en mi vida si no hubiera sido por el apoyo e inspiración que me dio la Ayahuasca a través de la liberación de mi consciencia.

Ya que hablamos de maestros y divinidades, otro hombre que conectó con el más allá, y por cierto sin usar Ayahuasca, fue Buda, y él dijo una de sus célebres palabras: “La verdad es aquello que funciona”  en este sentido estamos ante “algo” llamado Ayahuasca, ¡QUE FUNCIONA! en la gran mayoría de los casos de tomadores que lo hacen de manera moderada, y que sólo ha creado algún problema cuando se la toma en exceso o sin ningún cuidado consciente.

¿Porqué no llamarla HERRAMIENTA PSICOEMOCIONAL O ESPIRITUAL?  Pues actúa como un bisturí energético que opera desde lo más profundo del alma y el cuerpo. ¿Porqué no llamarla ACTIVADOR QUÍMICO? Pues dispara un fenómeno catalizador que reabre la farmacia natural interior en el organismo humano.

Si trascendemos las definiciones podemos acceder a secretos que nos ayudaran a avanzar en el camino de la evolución.

Las ideas de lo “sagrado”, de lo “especial” o de lo “único” están íntimamente relacionadas en su conjunto con una actitud que desde siempre ha sido muy peligrosa en el uso inadecuado que ha hecho el ser humano.

Hitler afirmo que había una raza “especial” creyendo ser los “mejores” iniciaron una exterminación de los peores;  el pueblo judío siempre aseguró que son los “elegidos”, eso es como decir que son mejores que los especiales; por eso se enfrentaron y entre ellos surgió la mayor matanza de la historia humana.

Pongamos mucha atención a como nos definimos, pues en cualquier momento podemos generar una guerra.

Todos somos especiales, únicos y sagrados. Cada uno de nosotros tiene algo irrepetible, algo que el otro no tiene, algo que nos diferencia del resto; es una muestra del respeto que ha tenido la creación con cada ser vivo, de hacerlo inigualable, por eso cada cosa es sagrada en su absoluta exclusividad.

Si tuviera que definir de sagrado a algo, lo haría con la NADA, con el VACÍO, pues sin ello todo lo que vemos no sería posible.

Alberto José Varela

alberto en formentera 3

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Alberto José Varela

Fundador de empresas y organizaciones; creador de técnicas, métodos y escuelas; autor de varios libros. Estudiante autodidacta, investigador y conferencista internacional, con una experiencia de más de 40 años en la gestión organizacional y los RRHH. Actualmente crece su influencia en el ámbito motivacional, terapéutico y espiritual a raíz del mensaje evolutivo que transmite.

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