ACCESO RÁPIDO, DIRECTO Y PROFUNDO AL NÚCLEO MISMO DE LA INTELIGENCIA.
Hay un punto interno en el que está todo y desde donde nos podemos conectar con todo.
Todo lo que accede al cerebro se convierte en información, y esta a su vez se convierte en el origen de nuestra vida. Fuera del cerebro son datos, cosas, movimientos, pero dentro se convierten en información activa que puede producir infinitos efectos en el funcionamiento de nuestra química, que puede provocar comportamientos tan distantes como insospechados, que puede hacer de nuestra vida un cielo o un infierno.
Todo lo que está fuera es susceptible de entrar y en el proceso convertirse en información de mayor o menor calidad que influirá en nuestra inteligencia esencial.
Gran parte de la población mundial está acostumbrada a introducir drogas a través de las fosas nasales para producir efectos inmediatos que ayuden a olvidarse de la realidad, a distraerse ante tantos problemas y a adormecer el funcionamiento del cerebro para que los pensamientos dejen de acosar, culpar, exigir y molestar. Las drogas químicas crean información de baja calidad, pero tratan de compensar la baja calidad de vida que llevamos.
Es lógico que los humanos busquemos la manera de escapar de tantas complicaciones o de aliviar de cualquier forma los síntomas que nos acosan. Lo que la mayoría no sabe es que en ese mismo acto de tratar de escaparse de algo, se está complicando todo mucho más. Cuando se esnifa una droga sintética se está anulando la capacidad natural del cerebro de elaborar soluciones creativas; se están cerrando las puertas de acceso a la fuente de toda respuesta, se está anulando la conexión profunda con el origen de las cosas. Pero son muchos los que ya se están dando cuenta para revertir esos procesos destructivos y transformarlos en constructivos.
He probado cocaína una sola vez en mi vida, y fue más que suficiente para darme cuenta que me anulaba y adormecía. Eso fue hace más de 20 años. Pero luego, desde hace más de 10 años, me introdujeron un polvo por mis fosas nasales completamente diferente a lo que produce la cocaína; sucedió mientras estaba en la selva colombiana realizando tomas de ayahuasca. Esta experiencia me permitió tener una conexión con una parte íntima, profunda y desconocida de mi cerebro que cambió mi visión, mi percepción y mi manera de relacionarme con el mundo y los otros. Es la única vez que tuve esta experiencia, la mujer del taita querubín (María) fue la que me ofreció soplarme por la nariz esta medicina para liberar mi mente; la tenía en una bolsita de cuero que colgaba de su cuello como un collar, la abrió y vi que era un polvo marrón, me dijo que era Yopo, dado que nunca había escuchado esa palabra para mí no significaba nada, pero luego que me lo proyecto por las fosas nasales, tuve tal experiencia espontanea e inmediata que marcó definitivamente un antes y un después en cuanto al funcionamiento de mi mente y al poder que le daba a mis pensamientos. Fue en ese momento en que comencé a darme cuenta que yo no soy mis pensamientos, y que ellos no son míos. Realicé una calificación de mis pensamientos que me permitió tomar distancia de ellos para poder observarlos sin que ellos pudieran dominarme o manipularme. Comencé a ver los pensamientos como movimientos de la existencia manifestados dentro de mí. De alguna manera estaba experimentando orgánicamente lo que ha había aprendido mediante la meditación.
La conexión establecida dentro de mi cerebro me llevó a un punto negro, infinito y eterno. Como si mi propia consciencia hubiera entrado allí. Desde ese momento nunca más quise que me proyectaran ningún polvo, por más natural o sanador que fuera; para mí fue muy duro, doloroso en el sentido que me hizo arder la cavidad nasal como si me algo me quemara. Pero reconozco que lo volvería a hacer, aunque con esa vez para mí fue más que suficiente. Era lo que necesitaba para iniciar una relación diferente con mi mente y todo lo que ella piensa.
Desde ese momento hasta ahora probé muchas medicinas ancestrales, pero después de tantos años ha llegado a mis manos estos “polvos mágicos”, no solo el Yopo, sino también una increíble variedad de polvos extraídos de diversas plantas que tienen diversos efectos e intensidades. Ahora es que me he enterado que el Yopo es el más potente de todos. Por eso decidí introducir a la organización que dirijo un nuevo taller donde se va probando de manera progresiva y gradual diferentes tipos de polvos mágicos hasta llegar al estado que queremos en este momento de nuestra vida. Comenzamos con rapés colombianos o ecuatorianos, seguimos con los brasileños suaves y acabamos con los fuertes. Pero aplicándolos suavemente y tomando espacios intermedios de integración.
Yo agradezco a la chamana que me proyectó ese Yopo con tanta fuerza en ese momento, parece que era lo que necesitaba. Pero debo reconocer que después de conocer a miles de personas en el camino de la búsqueda interior, he comprendido que los procesos deben ser progresivos, poco a poco, para no crear resistencias ni para que se produzca ningún dolor excesivo e innecesario. De ahí que nuestro método tiene un gran éxito en todo el mundo, porque no nos interesa demostrar que podemos tomando ingentes cantidades de medicinas chamánica, sino accediendo a ellas de manera suave, amorosa y en la medida que nuestro cuerpo-mente la pueda asimilar. No es necesario demostrar a nadie que somos fuertes y que podemos meternos de todo sin ni siquiera llorar. Es tan bonito disfrutar el suave proceso de conexión con el elemental de cada medicina ancestral que no es necesario imponernos un personaje fuerte que tiene la capacidad de aguantar cualquier cosa. Cada planta tiene su espíritu y cada espíritu que proviene de la naturaleza tiene una información sagrada que aportarnos a nuestro cerebro.
La introducción de estos polvos puros de plantas selváticas, que tienen la capacidad de limpiar, aclarar, mostrar, activar y despertar, produce justamente el efecto contrario a las drogas químicas, ya que al despejar los bloqueos, miedos e inseguridades, crea un acceso directo al «campo de punto cero» o fuente de toda conexión, que está ubicado en el cerebro. El campo de punto cero, llamado también vacío cuántico o mar de Dirac, constituye sin duda el punto de mira de la ciencia actual. Parece ser que desde la estrella más distante hasta los pequeñísimos corpúsculos, como el electrón y el quark, están conectados desde ese campo. Este planteamiento científico de la física proviene de la teoría de las cuerdas.
Para quienes tienen la experiencia con estas plantas que llegan directas a este campo de punto cero, pueden asegurar que hay un punto interno en donde está todo y desde donde se puede acceder al todo. Quienes lo hacen pueden darse cuenta por si mismos que el núcleo está vacío, es puro, infinito y eterno, no se puede acabar nunca ni se puede llenar jamás, y nada de lo que allí hay representa lo que cada ser humano es, sino que es un material disponible al que podemos acceder para comprender el origen de todas las cosas y sobre todo comprender la propia existencia tal como se nos la ha concedido.
Cuando acceden estos polvos mágicos a nuestro cerebro se está introduciendo una información de altísima calidad, es la máxima calidad que podamos introducir. Cuando está fuera y antes de que nos proyecten esos polvos, son plantas, medicinas, sustancias naturales, pero al entrar en contacto con nuestro cerebro se convierte en una inteligencia pura y desidentificada que de repente recobra la impecable capacidad de verlo todo, de poder enfrentarlo todo. Todo aquello de lo que huíamos ahora se queda reducido a casi nada cuando la imponente maestría de la inteligencia se manifiesta.
Podría contar tantas cosas que me han ocurrido desde que aspiré ese polvo mágico, que podrían pensar que estuve con extraterrestres, que se regenero mi cerebro, que me hicieron un lavado cerebral, que entro un espíritu divino, que me desperté o mil cosas más. Yo mejor ni pienso en lo que de verdad me ha ocurrido, pero te aseguro que lo disfruto cada día de mi vida. Solo puedo decirte que me siento inmensamente feliz de poder compartir este servicio en todos los países en donde está asentada la organización que he fundado para dar apoyo a millones de personas que quieren de verdad hacer una autentica transformación en su vida.
Te ofrecemos asesoría médica, psicológica y terapéutica. He fundado también la escuela donde formamos a los facilitadores que son quienes proyectan estos polvos mágicos, y desde donde salen hacia más de 20 países a ofrecer estas maravillosas soluciones naturales que la madre naturaleza nos sigue proveyendo.
Gracias Pachamama por acordarte de nosotros y por hacernos recordar lo que somos, más allá de todo lo que habíamos creído y creado en la virtualidad de nuestra mente.
Alberto José Varela
https://www.youtube.com/watch?v=gIv6WuOJTaA
https://albertojosevarela.com/yopo-el-poderoso-rape-del-amazonas/