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RECUPERAR LA DIGNIDAD (2da parte) Aceptando y comprendiendo al rechazo para poder descuartizarlo y que deje de dominar nuestra vida.

RECHAZAR ES PELEAR, DESTRUIR Y MATAR MEDIANTE UNA TORTURA LENTA.

La dignidad no es algo que se recupere gracias a que solo hagas algunas terapias o que tomes alguna medicina enteógena. Es el emprendimiento más complejo de la evolución humana.

Me escribió una lectora del blog (que está en la foto de portada) que ha leído más o menos unas 20 veces la primera parte de este post sobre el rechazo y el juicio. Y me dijo: “ya estoy lista para la segunda parte”. Estar listos para lo que se viene es no estarlo, y para abordar este tema es preciso no estar listos; me refiero al hecho de no saber por dónde van a llegar los nuevos meteoritos destructores de la parte del condicionamiento que nos hace sufrir.

El nivel de vergüenza que tenemos por nuestro propio Ser delata la magnitud del problema de la indignidad y del consecuente rechazo. El viaje de retorno a un estado puro de aceptación es arduo y largo, tenemos que hacer todo un proceso de sanación muy profunda para superar la herida del rechazo; pero el camino en el que originalmente llegamos a conocer y experimentar el  rechazo fue fácil y muy corto. ¿Por qué será que aprender el rechazo es mucho más rápido y directo que recuperar la aceptación? Esta es la primera pregunta que debemos respondernos para poder avanzar. Entrar es más fácil que salir. Subir es más fácil que bajar. Dar es más fácil que recibir.  Meter es más fácil que quitar. Ensuciar es mucho más fácil que limpiar. Quitar es más fácil que devolver. El sí es mucho más fácil que el no. Ser sumiso es mucho más fácil que dominar. Perder es mucho más fácil que ganar.  Si comprendemos esta ley de dificultad desproporcionada podríamos comprender todos los desequilibrios que existen, pero ahora mismo solo quiero orientarme al hecho de que rechazar es mucho más fácil que aceptar.

¿Qué es el rechazo?  Lo más simple es pensar que es no aceptación.   Pero el significado es mucho más complejo en aquellas cosas que son más fáciles de que ocurran. Un ejemplo de ello es que es mucho más fácil definir a un sumiso que a un dominante. Por ello definir el rechazo constituye el primer secreto para poder desmenuzarlo poco a poco hasta que quede totalmente desarmado.  Rechazo significa guerra interna devastadora. Es un profundo resentimiento con el mundo, los otros, la vida y la existencia.

Se puede rechazar muchas cosas, el cuerpo u otras cosas que son periféricas, por ejemplo rechazar a determinados tipos de personas,  algunas situaciones concretas, actitudes; hay otros rechazos más simples, como por ejemplo a sabores o aromas, a colores o sonidos; es muy variada la posibilidad que nos ofrece el arte de rechazar; lo más interesante es que cada persona configura su propio rechazo de alguna manera y lo orienta a determinados objetivos; eso nos da indicios de las raíces o del origen de donde proviene, y esta es una especialidad intuitiva que se puede desarrollar cuando uno deja de rechazar, nunca antes, porque para mirar la rechazo objetivamente hay que observarlo desde fuera.  Desde dentro no existe observación.  Por ejemplo: el que desconfía no puede observar la desconfianza. Por tanto es una buena idea querer superar el rechazo.

Estoy metido en este lío de profundizar en el rechazo por eso estoy dando muchas vueltas. Hay un rechazo que es esencial o nuclear y que va dirigido hacia el centro de la existencia de un ser humano, es el rechazo de uno mismo hacia uno mismo; rechazar la propia manera de ser es rechazar lo que es.  En este caso no se rechaza solo las formas o lo externo sino el fondo, lo interno. Es como rechazar el origen. Rechazar el propio Ser es una desgracia que se ha producido por una serie de coincidentes accidentes.

El rechazo es una energía de enemistad, de ira, de inconformismo, de disgusto, de pesadumbre; que necesita del rencor, del odio, de la necesidad de venganza para retroalimentarse y perpetuar su existencia; por ello el rechazo nunca se resigna, el Ser humano que se rechaza nunca querrá adaptarse a lo que rechaza, es un inadaptado.  Casi todas las personas adaptadas son las que aceptan superficialmente las cosas como son para no entrar en conflicto no nadie, pero detrás de esa pseudo armonía con las cosas y personas hay algo escondido que cuando se descubre lo primero que produce es RECHAZO.

Una persona que se acepta de verdad es amistosa, amable, agradecida; disfruta y está a gusto con lo que vive y experimenta, no necesita luchar con nadie, ni quejarse, ni protestar; pero son muy pocos y cuesta mucho encontrarles. ¿Por qué hay tan poca gente que se acepta al 100% y auténticamente? ¿Qué hemos hecho los seres humanos para crear a tantas personas que se rechazan?

Todo bebé llega asustado ante una realidad desconocida y en la que ya no está unido a la madre sino que puede ver y apreciarlo todo desde su propia óptica. El “sí mismo” comienza a desarrollarse nada más nacer. La base del la psicoemocionalidad de un niño está hecha de una variable de aceptación y/o rechazo. Son los dos materiales con que se construye la estructura o los cimientos de la personalidad.  ¿Cuánto tiempo tardará el bebé en percatarse de que le rechazan?  ¿Hasta qué nivel llegara la intensidad del rechazo que experimente?

Cuando el componente del rechazo se antepone en la vida de un nuevo ser vivo, este padecerá muchos problemas que son desconocidos para quienes el componente primario fue la aceptación. Muchos bebes ya llegan con la percepción de que su madre le rechaza o con la sospecha de que el todo el mundo le va a rechazar, esto proviene de los pensamientos de la madre ya que todo feto decodifica las emociones, pensamientos y vivencias de la madre. En el vientre materno hay solo pureza en la que se puede grabar múltiples impresiones. La mayoría de bebes llegan con la duda ¿me aceptarán o me rechazarán?  Esa duda proviene del vientre materno y de lo que percibieron de la mama.

La aceptación está relacionada con la vida y el rechazo con la muerte. Pero si el rechazo se proyecta a la vida surge la aceptación por la muerte.  Cuando el niño percibe que su madre le rechaza, dentro del mismo paquete que recibe está aprendiendo a rechazar a la mujer, a la vida y al alimento.  Todo eso proviene de la madre.

El Perfume es una novela que relata la historia de un perfumista que crea un perfume que produce una aceptación descontrolada e infinita. Pero ese perfumista provenía de una niñez con un nivel gigantesco de rechazo. Toda su vida la dedicó a crear un perfume que le permitiera ser aceptado por todos.  De igual manera cada uno de los que experimentan el rechazo tratan de crear algo, de hacer lo imposible para poder ser aceptados. Una de esas cosas maravillosas que crean los seres rechazados y que se rechazan es emprender un camino de sanación para alcanzar la aceptación incondicional.  Si eres uno de ellos, entonces podemos continuar con este desarrollo, sino puedes dejarlo aquí mismo.

El rechazo es la herida original, es la palabra que define al trauma base.  Se dice que las experiencias traumáticas son el abandono, la perdida, la traición, la humillación, el juicio, entre otros, y todas esas experiencias son diferentes maneras de percibir el rechazo. Pero hay otro tipo de experiencias muy diferentes, por ejemplo: la sobreprotección, la expectativa, la exigencia o la condescendencia; todas ellas son también diferentes maneras de decodificar el rechazo.

Si no rechazas el modo de abordar este tema, te pido que aceptes que en el próximo post sobre la tercera parte de este tema la voy a publicar en unos días. La llevo escrita desde hace muchos años dentro de mí, pero me cuesta muchos ponerle palabras.

Te pido que si tienes alguna reflexión que quieras enviarme sobre este tema que me escribas al pie de este post por favor. Muchas gracias.

Alberto José Varela

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Alberto José Varela

Fundador de empresas y organizaciones; creador de técnicas, métodos y escuelas; autor de varios libros. Estudiante autodidacta, investigador y conferencista internacional, con una experiencia de más de 40 años en la gestión organizacional y los RRHH. Actualmente crece su influencia en el ámbito motivacional, terapéutico y espiritual a raíz del mensaje evolutivo que transmite.

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