ABRIR EL CORAZÓN Y VOLVER A SENTIR
Hay decisiones que cambian la vida para siempre.
Una pregunta de una lectora que busca respuesta: «Alberto, Buenos días. Leí su texto sobre el vagabundo espiritual. Comprendí mucho de lo que dijiste, pero sentí que faltó decir sobre cómo hiciste ¿Cómo se dio ese proceso contigo? Sé que las experiencias no se repiten de unos a otros y que cada uno tiene su camino, pero, como usted señaló en su texto, me puse en ese lugar de buscadora, pensando que podría ser posible encontrar sus mismas percepciones. ¿Cómo se hace?»
Deborah
Hola Deborah:
Llevo ya muchos años sin caer en la trampa de decirle a las personas qué tienen que hacer, o cómo lo tienen que hacer. Antes me resultaba muy tentador dar la comida ya preparada, pero me he dado cuenta de que cada persona tiene capacidad para darse cuenta de qué hacer y cómo hacerlo. Confío en la sensibilidad humana, y en la inteligencia para resolver los asuntos propios, por eso no doy respuestas cuando estas tienen por objetivo anular al que pregunta.
Cuando se formula una pregunta comenzando con la palabra “cómo…” hay un mensaje escondido que es preciso descifrar para que puedas encontrar el motivo de tu pregunta. Es más útil descubrir al que pregunta que darle respuesta a la pregunta.
“Cómo”, puede significar 3 cosas:
- Que te ves a ti misma como una máquina o un mecanismo; que desestimas tu propia consciencia e inteligencia para descubrir la solución por ti misma.
- Que no estás lista para hacerlo ahora y quieres dejarlo para otro momento. A veces las preguntas contienen la intención de procrastinar.
- Que quieres que tus situaciones las resuelvan otros; que no te quieres hacer cargo de ti misma y de tus propias decisiones. Al preguntarle a otro le das poder, y si te responden qué hacer o cómo hacerlo te están ayudando a no hacerte responsable. Si luego te sale mal, vas a echarle la culpa a quién te respondió.
Respecto a mi proceso hasta dejar de buscar, o mejor dicho, hasta que se muriera el buscador que había en mí, he de decir que ocurrieron muchas cosas en mi vida. Si tuviera que compartir el secreto de cómo permití que sucediera eso, te diría que no me resistí a lo que la vida me enviaba, afronté cada cosa como si viniera de corazón y comprendiendo que el sentido de lo que me sucedía se revelaría a su tiempo. Un buscador “quiere” encontrar, y ese es todo el problema, el deseo, el esfuerzo dirigido desde un lugar del ego. El buscador quiere tener el control total de lo que va a encontrar, no quiere encontrar algo que mate su búsqueda. En realidad, un buscador no está diseñado para encontrar nada de lo que su alma necesita, por eso su búsqueda acaba convirtiéndose en una huida. Todo buscador es un cobarde.
No es necesario controlar ni huir porque lo que buscamos llega cuando estamos listos, cuando confiamos, y cuando no nos oponemos a lo inevitable, cuando dejamos de hacer y de pensar cómo habría que hacerlo; es entonces cuando ocurre la magia… Es entonces cuando la vida toma el poder.
Es verdad lo que dices acerca de que las situaciones nunca se repiten en las personas, pero también es cierto que hay una sola actitud ante todas las situaciones que podamos tener y que nos puede transformar la vida: CONFIAR.
Te sugiero que reformules tu pregunta. En vez de preguntar ¿cómo lo hago o qué tengo que hacer? Pregúntate ¿Qué tendrá que hacer la vida conmigo para que suelte el control y comience a confiar?
Si te abres de corazón a la vida, al amor, a sentir… Van a comenzar a ocurrir cosas inimaginables en tu vida, y en ese momento sabrás que está llegando aquello que tanto esfuerzo te llevaba buscar.
Cuando decidas a abrir tu corazón comenzara a latir la confianza que bombeará la energía del amor e impulsará a que llegue hasta donde tiene que llegar. Retornará convertido en hechos y actitudes que cambiarán tu vida para siempre. Serás testigo del milagro de ver como todo ocurre mágicamente.
Alberto José Varela