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LA OBSESIÓN OCULTA DE DEMANDAR AMOR. Acerca de cómo la carencia afectiva se proyecta inevitablemente hacia afuera.

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LOS IMPLACABLES EXIGENTES DE AMOR…

…en un descuido te hacen sentir mal por no darles amor.

Son muchas las personas que llegan a nuestros retiros “muy trabajadas interiormente”, creyendo que están vibrando en el amor, y además evidenciando con gestos, palabras y actitudes que viven en el amor; cuando en realidad, al ver cómo reaccionan ante determinadas circunstancias, se puede comprobar que le búsqueda del amor en la que se encuentran proviene de una antigua carencia que aún no ha sido resuelta y por tanto la proyectan hacia los otros demandando ser tratados con amor.  Es mucha la gente que todavía están en proceso de sanación del amor de la madre.

Rolando Toro, el creador de la Biodanza decía y hasta gritaba: “Quiero amor, necesito amor, no puedo vivir sin amor” con esta expresión y en un acto de auténtico coraje estaba reconociendo pública e indirectamente su carencia de amor.  Desde ese lugar creó un método que vibra desde el amor.

Cualquier niño o niña que haya percibido el amor de sus progenitores nunca va a exclamar tal cosa porque ya lo tiene, ya lo sabe, ya lo vive, ya lo ha integrado en su corazón; un niño amado no exige, ni siquiera pide amor, porque ya es eso; pero esta no es la situación de la mayoría de los seres humanos.

Por esta razón buscamos, exigimos y demandamos amor…  de mil maneras: chantajeando, pagando, obligando…  Incluso ocurre con mucha gente que ha hecho terapia y siente ser espiritual, que se han formado en técnicas sensibles y amorosas, muchos de ellos no aceptan nada que no provenga del amor.   Es una actitud muy contradictoria o inconsistente ya que, en la misma manera obsesiva de exigir ser tratados con amor y que todo lo que se les ofrezca sea desde el amor, surge un juicio desde esa parte necesitada de amor.

No es compatible, o por lo menos es sospechoso, que, si no tratas a una persona con el amor que ella quiere, te reproche que no le das amor o que te juzgue afirmando que lo que haces no surge del amor.  En ese momento esas personas se exponen al poderoso efecto de la consciencia que está ante ellos observado la contradicción.

En muchos casos que conocí, que demandan tanto amor, he podido indagar en entorno, amigos o familiares, y me he encontrado con una sorpresa, por ejemplo, sus hijos afirman que no reciben el amor que quisieran de sus padres, es decir que este tipo de personas obsesionadas por ser tratadas con amor no tratan con amor a sus seres queridos, incluso sus hijos afirman que lo único que reciben de sus padres es control, desconfianza y exigencias. ¿Qué raro no?  ¡Quiero que me den amor, pero yo no lo doy! ¡Exijo amor, pero si alguien no me trata con amor le juzgo y le rechazo! Entonces surge una de las peores y más dolorosas de las preguntas que se puedan formular: ¿Será amor eso que están buscando? ¿Es amor lo que dicen tener? ¿No será odio reprimido que está saliendo a la superficie en forma de demanda por algo que no tienen?

Estas personas tienen sólidos argumentos y contundentes planteamientos, por ejemplo: que si no son tratados con amor no quieren participar, porque no quieren integrarse a grupos humanos en donde no haya amor; es decir que hay que amarlos o amarlos, el amor es una condición para ellos; si no ven amor, sacan la conclusión que no es un grupo adecuado para ellos.  Es decir que parten del rechazo a todo aquello que no sea amor, que no tenga amor, que no se haga desde el amor; pero es posible que aún no conozcan los extraños y asombrosos caminos por los que nos guía el amor; por ejemplo, cuando el amor nos pone en lugares donde no hay amor o que hay impedimentos para que ello suceda. O cuando nos lleva a métodos como este, que les confronta en lo que creen que es cierto para ellos.

¿Por qué salen disparados de situaciones de desamor? ¿Y si el amor estuviera presente, pero de una manera que aun no se puede ver? ¿Es posible que el amor tenga una sola manera de manifestarse? ¿Y si el amor estuviera oculto detrás de la aparente frialdad u odio que otro manifiesta?

La confrontación es dura y dolorosa cuando se dan cuenta que todo lo que creían haber conquistado, en lo que ellos llaman “AMOR”, no es más que una recreación del condicionamiento implantado y que surge de una carencia afectiva no resuelta aún, aunque en proceso de resolución. Toda confrontación es producto del amor también.

Si me permites, quiero enviarte unas palabras a modo personal: Tienes mi corazón abierto para encontrarnos todas las veces que quieras en la misma búsqueda de amor, haya pasado lo que haya pasado, no importa, te comprendo, y me comprendo. Si nuestro método te confronta en tu creencia de que ya estás en el amor, quiero que sepas, que, aunque eso no sea verdad, no es ningún problema, porque es el amor el que te ha guiado hasta aquí, hacia este método, a nuestros retiros; aquí estamos todos en lo mismo, reconociendo las falsas creencias sustituidoras del amor en nosotros. Estamos sanando la demanda de amor, pero sin exigirnos ni sumarnos a la exigencia de otros.

Toda exigencia es un maltrato y un abuso de falso poder. Toda demanda es una humillación y un rechazo. La exigencia es odio puro, encubierto y maquillado de perfeccionismo o idealismo. Las demandas son pretensiones inalcanzables que provienen de una impotencia de antes que impone ahora con el fin de destruir.

Esa necesidad que desde siempre nos acompaña, porque no hemos percibido el amor que queríamos de mama; ahora se ha transformado en diversas exigencias y demandas.

Exigencias y demandas…  las proyecciones de las carencias; lo que nos faltó y nos sigue faltando transformado en una preciosa añoranza, un grito silencioso que no tiene otra manera de salir. El deseo de ser amados.

 

¿HAY SOLUCIÓN A LA CARENCIA AFECTIVA?

La gente que trabaja conmigo son puro amor, todos, en realidad toda la gente es puro amor en un plano de la realidad que la mayoría todavía no ha visto, pero cada uno lo está descubriendo a su manera y a su ritmo, la mayoría poco a poco, pero en ello están. Es lo que llamamos “estar en proceso” nos referimos al hecho de que estamos resolviendo la necesidad inconsciente de huir del amor o de rechazarlo, que estamos sanando la idea heredada del pasado de que el amor hace sufrir, que nos estamos abriendo desde la dignidad a amar y ser amados.

A mi me tratan a veces con desamor, falsedad, agresividad o rechazo, incluso gente cercana, pero no es algo que estén haciendo conmigo sino con ellos mismos, puedo comprenderlo, incluso podría pedirles a esas personas que me traten con amor, pero si lo hago con exigencia tendré que ver qué es lo que no he resuelto en mí todavía;  esta ha sido una gran confrontación en mi proceso de evolución, por que pude ver que aunque me traten mal no tengo derecho de exigir que dejen de tratarme mal; y si llego a demandar amor sin amor o exigiéndolo,  entonces tengo la posibilidad de verme para corregir desde la autocompasión dicha actitud. Siempre estamos a tiempo de conectar con el amor; nunca es tarde.

Es posible que cuando te encuentres con el amor de verdad, pase tan desapercibido que no lo notes, porque es un lenguaje extraño que no reconoces. En los entornos de amor no se exige amor; las malas maneras de tratar son una oportunidad de transformación. El amor nunca pide amor porque es autosuficiente, y si ve desamor afuera inmediatamente puede hacer la corrección de la percepción en quien todavia no tiene los ojos limpios .

El amor no es algo que se mendigue, se demande o se ponga como condición, pero si eso sucediera tienes ante ti la enriquecedora oportunidad de dejar el autoengaño del pseudo amor y abrirte a la transformación desde el reconocimiento sanador: “Estoy en el camino del amor, pero aun lo demando, lo necesito obsesivamente, y eso me hace adoptar una actitud incompatible con la naturaleza de lo que es”.

Darnos cuenta de que el amor que tenemos o sentimos aun está infectado por esa energía de presión y queja que proviene de las experiencias externas del pasado es en si misma una experiencia compasiva y amorosa.

Lamento mucho no hablar del amor tanto como la gente quiere, incluso muchos me lo reprochan, pero no lo necesito, sencillamente porque lo vivo cada día, y es infinito, me llega de todas partes, incluso de las personas que me rechazan o juzgan, en realidad ellos también me están amando, solo que no conocen otra manera de expresarlo…  por ahora.

El amor no está en la manera en que nos tratan, sino en la manera que tenemos de percibirlo.

Alberto José Varela

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Alberto José Varela

Fundador de empresas y organizaciones; creador de técnicas, métodos y escuelas; autor de varios libros. Estudiante autodidacta, investigador y conferencista internacional, con una experiencia de más de 40 años en la gestión organizacional y los RRHH. Actualmente crece su influencia en el ámbito motivacional, terapéutico y espiritual a raíz del mensaje evolutivo que transmite.

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