LAS 7 CLAVES DE UN PROCESO EFECTIVO DE FORMACIÓN, INCORPORACIÓN E INTEGRACIÓN

La escuela que he fundado y dirijo sigue un camino natural en el que todo se va haciendo posible de manera espontanea.

¿Cómo transformar un alumno en facilitador? ¿Cómo hacer que un discípulo o aprendiz se vuelva maestro?

Formularse esta pregunta es como preguntarse ¿cómo hacer que un león se vuelva vegetariano?

Dado que la naturaleza de casi todo alumno, aprendiz o discípulo es la sumisión, la pasividad y la falta de iniciativa propia -a raíz de que se busca fuera,  ya sean respuestas, conocimiento o soluciones-  he tenido que crear un método que invierta la dirección de la búsqueda, para que la dirección se dirija hacia dentro y para que desactive por si mismo los mecanismos que limitan las capacidades innatas que tienen. La esencia es ilimitada, inagotable y tremendamente enriquecedora, no necesita seguir a nadie, no es esclava, no se evade de la responsabilidad de florecer.

Voy a comenzar contándote algunos aspectos del proceso de formación mínimo de 6 meses dentro de la Escuela Europea Ayahuasquera, que nos está dando sorpresas inimaginables, y aunque en algunos casos puede durar un año o más, cosa que nunca se sabe, lo que es cierto al 100 % es que quienes no aguantan o no conectan con la esencia de este sistema formativo, se marchan más o menos rápidamente hacia rumbos apropiados para su situacion y momento. Quienes puede conectarse y se entregan a un proceso de transformación, realizan un recorrido que único e irrepetible para cada uno, pero todos coinciden en que es un proceso sanador y enriquecedor, de realización personal y de trascendencia.

Lo primero a considerar es el eslogan:

“EL ARTE DE RECORDAR LO QUE AL ALMA YA SABE”.

Nosotros trabajamos con un tipo de formación que podríamos definirla de “ESENCIAL”, pues se trata de que el alumno reconecte con su sabiduría innata, la que lleva dentro, y que está relacionada con la experiencia cósmica que trae el alma de cada uno, y con la experiencia que quiere tener dentro de la vida de un individuo.  Hay una continuidad evolutiva de la transformación de las apariencias que se refleja en la aparición de un ser con vida. Lo esencial siempre está presente, es lo que se trae pero que se olvida. La tarea es “recordar” o “rememorar”. Si la sabiduría es algo propio de cada alumno, solo hay que ayudarle a que se reconecte, no cargándolo de más conocimientos, sino conduciéndolo a la fuente de todo conocimiento.

Lo segundo es la propuesta que hacemos a los alumnos:

“PUEDES APRENDER LO QUE NO SE PUEDE ENSEÑAR”.

Aunque sentimos una gran impotencia por no poder transferir el misterio, hemos descubierto que las cosas trascendentes ocurren por sí solas. En este sentido, cada ciclo formativo es una situación determinada que crea las condiciones para que cada uno de los alumnos aprenda por si mismo lo que le toca a cada momento, y desde su propia comprensión. No se puede enseñar lo que solo se puede aprender desde la propia consciencia.  No se puede imponer lo que solo puede surgir de manera natural. No se puede dar desde fuera aquello que sólo se  puede producir dentro. Lo que decía Buda: “Se una luz en ti mismo” esto es algo que no se puede producir en otro, pero es algo que a los otros les puede ocurrir. Nosotros confiamos en que eso ocurra.

Lo tercero es el objetivo al que apuntamos:

“DESAPRENDER PARA DESPROGRAMAR. SOLTAR PARA FLUIR”.

Casi todos los sistemas formativos se basan en acumulación de conocimientos, en aprender escuchando, memorizando, recordando y poniendo en práctica lo almacenado. En este sentido nuestro sistema de formación es contrario al modelo conocido. Partimos de la base que nos tenemos que liberar de todo lo aprendido de afuera, y que todo lo que se nos pueda enseñar solo puede darnos una pista aproximada, un indicativo, una pauta o un referente; pero que ante cada situación que se presente, se deberá acceder a la sabiduría interior para determinar qué hacer, ya que no programamos robot para que actúen de manera automática, sino que apoyamos el desarrollo de la inteligencia individual para que cada alumno se pueda manejar espontáneamente ante cada situación.

Lo cuarto es que el fundamento de nuestra formación es:

“LA CALIDAD INTERNA Y EL ESTADO DEL FACILITADOR”.

Cada ciclo formativo está dedicado a la evolución de cada uno de los alumnos que van  a facilitar en algún retiro. Este trabajo personal, interno y profundo produce una gran confianza en sí mismo, crea un espacio interior desde donde decide y se mueve cada alumno. Además desarrollamos una práctica permanente de auto-visión para que cuando se salgan de su centro, puedan darse cuenta por si mismos para realizar las correcciones o ajuste necesarios.  En la organización contamos con supervisores muy experimentados que acompañan y aconsejan a los facilitadores según las acciones que se consideren fuera de lugar. Todo este trabajo lo hacemos de manera grupal.  El equipo entero es una familia espiritual, un sistema conectivo entre almas que se aman y condicionamientos que se rechazan, es la situación ideal para espejarnos unos a otros, y vernos de manera muy profunda y sincera.

Lo quinto es hacer uso adecuado de las herramientas:

“LA INTEGRACIÓN DE  TÉCNICAS Y UNIFICACIÓN DE CAMINOS”.

Nuestro cóctel mágico es como una pócima en la que se puede llegar a mezclar de todo. Las técnicas de meditación, las plantas chamánicas, las  dinámicas grupales, los diversos tipos de psicoterapias, las practicas orientales, los diferentes abordajes, las filosofías y escuelas que nos influencian; son los recursos disponibles, y todo ello es susceptible de ser reunido y fusionado para crear una energía sinérgica, que multiplique el poder individual de cada parte separada.  Para ello es fundamental desidentificarse de aquello que se domina o de lo que se tiene experiencia, y liberarse de las formas aprendidas. Cuando se deja lo seguro y conocido de lado, se abren nuevas puertas para que afloren recursos desconocidos. Es una práctica alquímica basada en la originidalidad y la innovación.

Lo sexto es el proceso de incorporación y mentorado:

“EN ALGÚN MOMENTO HAY QUE EMPEZAR”.

Es cierto que muchos alumnos tienen un apresuramiento para lazarse a la tarea y poner en práctica lo que van comprendiendo, pero nos especializamos en detectar más o menos a tiempo los aspectos no resueltos a nivel personal que pudieran proyectarse en el trabajo que realizan. Para eso ponemos en práctica activa a los alumnos, siendo supervisados por facilitadores más experimentados para detectar inconsistencias, falta de entrega, descuido, inmadurez, reactividad, y otras conductas que entorpecen el correcto desempeño de la tarea que le corresponde hacer.  Un piloto de avión siempre tiene una primera vez “real” en la que hace despegar un avión con muchas personas abordo.  En esa primera vez, los alumnos están acompañados por profesores, chamanes o facilitadores expertos. El mentor que le corresponde a cada alumno estará atento a la evolución que tenga el alumno y mantendrá un dialogo privado durante el proceso de incorporación a la organización.

Lo séptimo es la esencia que inspira hacer lo que hacemos:

“LA TERAPIA ES UNA FUNCIÓN DEL AMOR”.

Mucho más allá de si un alumno está o no preparado, si es más o menos consciente de sí mismo y de lo que hace, más allá de lo que haya aprendido o corregido, de cómo haya respondido o reaccionado; hay algo que es el núcleo de toda acción y que está al margen de todo propósito u objetivo, es que haya sido impulsada por el amor. El amor está al margen de todo interés.  Cuando hay intereses creados puede haber beneficios, entonces hay un negocio detrás. Pero cuando el amor es lo que inspira y guía una acción, no hay un negocio, por tanto todo lo demás está bendecido, todo lo que sigue es una bendición; y todo lo que se hace desde el amor produce crecimiento y evolución en las personas que te rodean. La sanación, la transformación, la trascendencia, la expansión de la consciencia,  no depende de conocimientos, de técnicas, de estudio, de experiencia ni de títulos, sino de la capacidad de transmitir el amor que sientes a otros. Esta es la clave suprema de todo sistema de formación para personas que quieran trabajar con personas.

MADUREZ Y EXPERIENCIA AL SERVICIO DEL DESPERTAR

Todos estos puntos o factores que manejamos en el proceso de formación, incorporación y mentorado del alumno que así lo solicita, crean una aceleración en la maduración interna del futuro facilitador, que mientras va adquiriendo experiencia, se va sanando, va madurando y va aprendiendo de la práctica real con acompañamiento y supervisión. Pero además de todo este proceso, estamos atentos a considerar la escala de valores por las que se dispone a hacer las cosas.  ¿Lo haces por dinero? ¿Por reconocimiento? ¿Por  búsqueda de poder? Si un músico compone o interpreta música, puede hacerlo por amor a la música, por amor a lo que produce la música, o por el amor que la música produce en su corazón. Instamos a que cada facilitador sienta el amor que le produce aquello que hace, porque es la manera más acelerada y profunda de integrarse en las personas, los grupos y la organización.

Muchos se preguntan ¿Cómo puede ser que un alumno a nuestra escuela esté listo para trabajar como facilitador en solo 6 meses?  Y no saben que hay algunos que solo de 2 a 4 meses son mucho mejores que el más experimentado, nadie tiene el primer lugar para siempre, ni siquiera yo mismo tengo nada asegurado, a pesar de que llevo más de 10 años, cientos de sesiones de Ayahuasca hechas  y más de 30 viajes a la selva. Porque cuando se manifiesta el amor por lo que se hace con la cualidad sanadora, chamánica y facilitadora innata en un individuo, el proceso va sobre ruedas y por autopista.  Cuando eso no se manifiesta, todo se complica y va muy lento.

Con mi presencia y entrega fomento el florecimiento de cada facilitador, apoyo incondicionalmente el crecimiento de quienes deciden abrirse y recibir. Para ello utilizo mecanismos muy complejos de confrontación en los momentos más adecuados para que cada uno vaya liberándose de ataduras y absurdas limitaciones. Me considero un experto en la motivación para el desarrollo del talento y de las cualidades individuales, para que surja una auténtica explosión de valores.  Esta organización se fundamenta en la oportunidad de florecimiento de todos.  Es maravilloso cuando son muchas las flores que florecen en un mismo jardín.

Muchos son los que nos critican por echar a andar a facilitadores inexpertos, pero son cientos los participantes que me escriben para felicitarme por la atención recibida por esos supuestos “inexpertos”.  Hace poco una psicóloga me escribió y me dijo: “es increíble la experiencia y saber estar que tiene el facilitador que estuvo en el retiro de valencia” yo le dije: “hace solo unos meses que ese facilitador está en la escuela, no tiene experiencia, esa ha sido su segunda vez que da ayahuasca”.

Este es el fenómeno, que cuando hay confianza en el amor y el poder innato de cada individuo, y cuando una persona se reconecta con su propia fuente, surge una autoridad interna que hace que sucedan saltos cuánticos que habilita y cualifica a un facilitador más allá de lo que la lógica del tiempo puede hacer.

Estamos ante un fenómeno de despertar de las partes más puras y sensibles de un ser humano, estamos ante el fenómeno de la manifestación de la consciencia que habita en el ser humano pero que lleva dormida o escondida desde hace tanto tiempo.

Apreciamos la profesionalidad, respetamos la investigación y el estudio, valoramos la experiencia, consideramos importante el rigor científico, pero más allá de todo ello estamos en un camino que se nutre de todo ello, no se sustenta en ello.  Nos apoyamos en la confianza, el amor y la libertad de nuestro propio Ser que valora la oportunidad que la vida nos está regalando.

Es probable que sea esa la razón principal de nuestra expansión exponencial a nivel internacional, y por la que el factor TIEMPO se vuelve relativo. porque los resultados llegan, más allá de la lógica o de toda conclusión que provenga de un cálculo racional.

Si es un fenómeno económico, de marketing, de la búsqueda humana, o de la consciencia, no lo sé. En realidad  no me interesa mucho saberlo. Solo me interesa disfrutarlo. Es exactamente a lo que me dedico. A DISFRUTAR.

Es lo que inspiro en cada persona que me acompaña, que disfrute su entrega, su trabajo, su dedicación y su sanación.

————— Alberto José Varela ——————-

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