INDICIOS DE HABER ATRAVESADO LA FRONTERA DE LO RACIONAL.
Gratitud, Entrega y Risa… una experiencia extraordinaria que se hace posible en el día a día.
Mucho se habla de cómo es una experiencia extática, elevada o trascendente, pero poco se trata de cómo repercute en la vida cotidiana de una persona llegar a tener una experiencia cumbre.
Para la mayoría de los seres humanos ir más allá de lo conocido y seguro es perder la cordura; acceder a experiencias en las que no se puedan controlar las situaciones es como morir; abandonar el cálculo, la lógica, la razón y todo lo que la mente domina para tomar decisiones es como caer en el vacío. Soltar el control es una locura irracional; inadmisible para personas que viven en la manipulación, la inseguridad y el miedo.
No concebimos vivir sin tener el control, nos alejamos de todo lo que no esté bien planeado, huimos de la posibilidad de fluir y dejarnos llevar por la corriente natural de la vida. Todo esto se debe fundamentalmente a que aún no hemos superado el miedo a morir.
La experiencia cumbre por excelencia es la muerte, después de este momento cúspide de la vida, todos los demás momentos o experiencias quedan reducidos a simples anécdotas intrascendentes. Pero este momento llega recién al final de la vida, y mientras tanto es como una sombra que nos persigue a todo momento. Es contradictorio que esta experiencia sea lo que más tememos y a su vez lo que más anhelamos.
Las personas que afirman haber tenido una experiencia cumbre, aseguran que han contactado o experimentado algo relacionado con la muerte. Muchos son los que literalmente han muerto transitoriamente ya sea por algún accidente o enfermedad, y luego han regresado a la vida para poder contarnos como vivieron esa experiencia más allá de la vida y de los que se pueda imaginar. Pero no solo a través de la muerte real del cuerpo se puede acceder a una experiencia cumbre, desde siempre se ha buscado emular ese momento sin tener que morir literalmente. Sabemos que hay estados meditativos que han conducido a algunas personas a esta experiencia; también es conocido por cada vez más que se puede alcanzar una experiencia cumbre después de tomar Ayahuasca, ya que se deja de lado la razón y se puede contemplar la existencia sin los filtros de la limitada percepción mental. Todos ellos cuentan que hay un antes y un después en su vida a raíz de haber tenido esa gran “experiencia”, y casi todos afirman que se han muerto de alguna manera, ya sea al pasado, al odio, a lo que creían que eran, a pensamientos destructivos o ideas equivocadas. ¡Son tantas las cosas a las que tenemos que morir!
En una experiencia cumbre siempre se experimenta algún tipo de muerte. Por eso el significado de Ayahuasca es “liana de la pequeña muerte” porque quien toma este preparado hecho con esa liana selvática atraviesa un proceso de simulación de muerte que resulta ser fundamental para poder renacer a una nueva vida. Todo lo que se muere en este tipo de experiencias son aspectos de nosotros mismos que no nos dejaban vivir feliz y en paz; se mueren relaciones toxicas, se mueren emociones adictivas, se muere la culpa infundada y el miedo sin sentido.
También me han contado muchas personas cercanas que con el 5MeODMT extraído del sapo Bufo Alvarius e aspirado por unos segundos, se accede a una experiencia de unidad y comprensión existencial de tal calibre que la mente explota ante algo tan grande y misterioso, dejando atrás las tontas percepciones limitantes que nos acompañan cada día; por ello esta sustancia natural está también recorriendo el mundo como la Ayahuasca, acercando nuevas maneras y posibilidades de dejar tanta estupidez humana, aunque sea por un momento, pero aunque sea corto es suficientemente poderoso para realizar un cambio en la percepción de la vida, de los otros y sobre todo de nosotros mismos.
Quienes han tenido la oportunidad de tener aproximaciones de diferente magnitud y a través de diversas maneras a la muerte, aseguran que es una experiencia maravillosa, de disolución egóica, de luz intensa y profunda, de inmensa paz interior, de fusión con el cosmos, de asombro por lo desconocido, de comprensión profunda de la vida, y sobre todo de aceptación sincera a la muerte. Porque sencillamente comprobamos la existencia de la eternidad. Parece ser que al atravesar el umbral de la vida y acceder a la muerte nos diéramos cuenta que no sólo no es tan negativa como parece, sino que además es una experiencia orgásmica, extática, reveladora e iluminadora, que permite perderle el miedo que antes se tenía a ese momento aparentemente trágico. Esto en sí mismo es tremendamente importante para la vida de cualquier persona.
Al darnos cuenta que la muerte no es el final sino el comienzo de algo nuevo y maravilloso, ocurre una comprensión transformadora. Al regreso de estas experiencias de muerte parcial o transitoria estas personas no sólo dejan de temer a la muerte, sino que además les nace un amor antes desconocido por la vida; además comienzan a sentir una gratitud que nunca habían experimentado, tanto por la vida y todo lo que en ella hay, como por la muerte y lo que pudiera haber después de ella.
Conocí a un hombre que da conferencias para UN CURSO DE MILAGROS que tuvo 3 experiencias de muerte, por enfermedad, por un accidente de coche y por ahogamiento. Estas experiencias cambiaron su vida para siempre, era un hombre perdido y confundido, ahora se dedica a transmitir el mensaje del perdón.
Uno de los síntomas que aparecen a quienes han tenido experiencias cumbres es LA GRATITUD; agradecer desde el de corazón a cada cosa que vivimos y nos toca atravesar es una vivencia que aporta paz y felicidad. Ser agradecidos es un fenómeno espiritual muy elevado que supone una gran comprensión de la perfección de todo lo que existe y sucede. La gratitud no es un cumplido por haber recibido un regalo, sino es el regalo más preciado por habernos abierto a recibir lo que nos merecíamos. Dar gracias a la vida porque luego hay muerte y dar gracias a la muerte porque antes hay vida.
Otro síntoma es LA ENTREGA, entregarse es una actitud que se instala definitivamente en la vida de personas que han comprendido que la muerte no es el final, y que la vida es una preparación para ese gran momento, por eso deciden entregarse completamente a cada momento y situación, a cada relación o trabajo, a cada oportunidad de disfrutar o sentir desde el corazón. Cuando hay entrega ya no hay mezquindad ni procrastinación, deja de tener sentido la acumulación y la especulación ya que se comprende que no hay nada que posponer para después de la muerte, que la vida es para vivir, y que todo lo que podamos llevarnos de esta vida proviene de la entrega a todo lo que nos puede ocurrir antes de la muerte, porque cuando esta llegue ya no habrá más posibilidad de una entrega consciente al disfrute, con la muerte ocurre la última entrega, porque nos rendimos definitivamente para dar el último paso hacia lo real.
Cuando tomaba ayahuasca en Colombia con el Taita Pacho de más de 90 años de edad, él me decía: “todo lo que está viendo ahora es una ilusión, cuando tome la Ayahuasca poco a poco comenzará a ver con los ojos cerrados lo que es real, no se asuste, no tenga miedo, va a ver lo que hay más allá de la vida” este hombre de sabiduría tan silvestre como la Ayahuasca me estaba anticipando lo que sería una de mis tantas experiencias cumbres; ellas son las que me abrieron el camino hacia una nueva y maravillosa vida. Haber contactado con el más allá de lo conocido, haber visitado lo trascendente, haberme asomado a lo real, haber llegado a tocar la eternidad y comprender el infinito, haberme animado a ver el negativo de esta maravillosa película que se está proyectando y que nos parece una experiencia tan auténtica. Justamente por ser una ilusión es que indagamos en lo verdadero del más allá.
Si los seres humanos estamos buscando diferentes tipos de simulaciones de muerte para poder acceder a una experiencia extática y transcendente es porque en alguna parte de nosotros sabemos que lo que vemos y experimentamos en vida no es todo lo que existe, que hay algo más allá, mejor dicho, allí es donde está todo; pero queremos verlo. Estamos inmersos en una realidad virtual, pero intuimos en nuestro inconsciente de dónde venimos y adónde vamos, por ello buscamos denodadamente confirmar lo que hay más allá sin tener que morir para siempre, queremos seguir viviendo, pero comprobando antes a donde iremos.
Por ultimo quiero mencionar otro síntoma o indicio que se manifiesta en quienes han tenido una experiencia cumbre, es la RISA, y es algo inevitable, irresistible, que no se puede controlar. No todo el que se ríe es porque haya tenido una experiencia cumbre, pero todo el que la haya tenido no puede no reír; porque el día que nos damos cuenta del juego en que estamos metidos, lo podemos comenzar a jugar con la consciencia de estar inmersos en algo muy grande, es el misterio inexplicable de la existencia. Quienes no comprenden este juego ofrecen un paisaje humano sombrío, es la densidad del mal humor en el que viven y que les provoca tanto sufrimiento por no jugarlo, y tanto enfado con quien lo ha creado por no comprenderlo.
Es un juego muy difícil de aceptar y mucho más de digerir, porque es como la peor de las bromas de mal gusto creada por alguien que se ríe eternamente. ¿Cómo no se va a reír de nosotros? Si ocupamos toda la vida para creer que somos algo o alguien para luego morir dándonos cuenta que nunca hemos sido ni seremos nadie.
ES HORA DE HACER UN BARRIDO MASIVO DE TODO LO QUE HASTA AHORA HEMOS PERCIBIDO.
Lamentablemente las memorias de esta vida nos hablan con despotismo y autoritarismo para subyugarnos en la angustia que se genera por sacar conclusiones parciales y negativas de todo lo que hemos vivimos. Así es como nos desconectamos de la fuente de UNIDAD y nos olvidamos del regalo que se nos ha dado LA VIDA.
Quizá muchas personas que lean estas palabras están justo en ese momento en que necesitan confirmar la existencia de ese más allá y darse cuenta del juego en que están metidos; es una manera muy efectiva para poder abandonar tanta seriedad y rigidez con la que vivimos y poder comenzar a vivir desde el amor, el fluir y la alegría, que para la mayoría de humanos es como morir en vida. Por eso afirmo que disfrutar la vida sin miedo, sin culpa, sin odio y sin control es en sí misma la gran experiencia cumbre del día a día.
Dedicado a José Luis Mayahuasca, Paula Carmona y Sergio Sanz
