LA FELICIDAD ES UN GRAN REGALO QUE LE LLEGA A LA GENTE MADURA
El viaje desde el control a la entrega, de la resistencia al fluir, del infantilismo a la madurez.
Me pregunto Alberto, si en verdad, todas esas emociones que evitamos sentir por no transcender el dolor, permanecen y permanecerán con nosotros siempre; o si se pueden gestionar las emociones desde otro lugar, desde la compasión, sin juicio; ¿Es posible convivir con todas esas emociones incluidos los personajes sin tener que matarlos? ¿Es esto posible? Siento que nadie puede saber qué hacer en el siguiente instante, porque cada instante es nuevo, y uno puede pensar que ya nada le puede afectar. Carlos.C.
RESPUESTA: En el fondo estás buscando no ser dominado o humillado por el poder de las emociones que se te desatan cual tsunami dentro de ti. En realidad las emociones no tendrían que molestarte tanto si tú tuvieras el poder sobre ellas y no ellas sobre ti. Cuando las emociones te controlan es porque no las puedes observar sin juicio ni rechazos; y si no puedes ser conscientes de tus emociones es porque están siendo utilizadas por los personajes que dominan tu vida. Cada personaje necesita de emociones para alimentarse y activarse, son el combustible que pone en marcha los personajes para que interpreten el guión para el cual están destinados.
Cuando tratas de evitar cualquier emoción estás negándola, rechazándola, enjuiciándola; atreverse a sentir cada emoción y poder observar como activa la necesidad de que se manifieste algún personaje relacionado con esa emoción es un acto de autoconocimiento profundo que te puede llevar a ponerte por encima de tus emociones y de tus personajes. Cuando esto ocurre recuperas el poder, aunque no signifique que dejes de sentir emociones o de tener personajes, pero ellos no tendrán el control sobre tu vida. El infantilismo emocional afecta a la mayoría de personas que no maduran en relación al manejo de lo que sienten, entonces cuando les viene las emociones, o bien las reprimen (lo que activa un tipo de personajes) o bien las proyectan (lo que activa otro tipo de personajes) pero si mantienes un punto neutro de observación, te puedes volver consciente de la parte que viene manejando tu vida desde siempre.
Una vez que te veas y te des cuenta de los mecanismos que tienen el poder sobre tí, podrás sumergirte en el dolor que te producen con la pureza de un niño inocente, trascender no es hacer un puente para no atravesar el río sino dejarse llevar por la corriente sin presentar resistencia, permitiendo ser arrastrados hasta convertirnos en ello. Sólo en ese momento trasciendes, nunca antes.
Tu manifiesta necesidad de controlar las emociones deja claro que quieres controlar la vida y lo que en ella ocurre, lo que te ha creado la fantasía de que puedes ubicarte en un lugar en que nada te afecte; por favor ten cuidado con crear creencias de trascendencia o de iluminación que te aporten la sensación de que ya has superado limitaciones -que aún siguen vivas y dominándote- o que has llegado a lugares elevados -que no son ciertos más que en el ilusorio mental- porque el dolor debe ser atravesado no esquivado. Cuando nos resistimos al dolor nos toca dedicar la vida a controlarlo todo. Cuando nos abrimos al dolor estamos abriendo las compuertas del placer y de la dicha.
“La felicidad es un gran regalo que le llega a la gente madura”.
Alberto José Varela