«ACTITUD»: EL NOMBRE DE UNA MEDICINA INTERNA QUE SIRVE PARA TODO TIPO DE MALESTARES

Laura escribe esta serie de artículos en los que refleja el descubrimiento interno de los recursos sanadores, para usarlos ante lo que nos sucede.

Los chamanes en la selva la llaman “remedio”, “veneno” y también “medicina”… son muchos los grupos ayahuasqueros y los tomadores de ayahuasca que se refieren a ella comúnmente de éste modo, pero, ¿de qué hablamos realmente cuándo hablamos de que algo es una “medicina”? ¿para quién es una medicina? ¿de qué cura? ¿contra qué enfermedad se usa? ¿de qué hablamos cuándo en Ayahuasca Internacional hablamos de medicina?

Quiero aprovechar este medio para una serie de posts del que este es sólo la primera parte. Un viaje interior para quién se quiera adentrar conmigo en el misterio de lo que he descubierto, es la auténtica medicina, la auténtica ayahuasca, a lo largo de un proceso de evolución interior que dura ya casi diez años… un camino en el que sólo ahora siento estar aproximándome a la realidad del significado de la palabra “medicina”, a lo que realmente es la “ayahuasca”

He tenido grandes maestros a lo largo de mis años de vagabunda espiritual: lamas con una integridad y sabiduría inmensa, una ausencia de juicio y compasión inusitados; maestros de terapias energéticas con una entrega y amor por sus alumnos realmente conmovedoras; compañeros de trabajo y socios que se han convertido de algún modo en luces en mi camino… y desde hace casi dos años que llevo trabajando dentro del equipo de Inner Mastery, mis mejores maestros han sido tanto mis compañeros de equipo como los participantes que acuden a nuestros retiros, semana tras semana.

He descubierto, gracias a ellos, que la “medicina”, la ayahuasca, son ellos, las personas, que reflejan en un arco iris infinito de tonalidades toda la ayahuasca que yo llevo dentro.

La ayahuasca, la planta, la bebida, es un detonador, un activador de la medicina interior con la que cada ser humano nace y vive toda su vida. La gran diferencia la marca quiénes encuentran la manera de activar esa ayahuasca endógena y quiénes no.

¿Cómo puede ser que una organización que públicamente dice y repite, una y otra vez, que el fin de nuestro trabajo es alejarnos del uso de ayahuasca? ¿por qué nos seguimos llamando de ese modo, si la planta de la ayahuasca no es el centro de nuestro trabajo? Desde aquí, propongo redefinir el significado de la palabra “ayahuasca” para que cada persona descubra el significado propio que le quiere dar a su percepción de en qué consiste su “medicina”.

¿A qué es a lo que se dedica exactamente Ayahuasca Internacional? ¿Se dedican a dar ayahuasca? ¿A organizar retiros de evolución interior? ¿A la psicoterapia? ¿A retiros de meditación, de técnicas holísticas de nueva era? Quiero dejar claro que no somos una empresa de servicios. No nos dedicamos a proveer servicios de alojamiento, de comidas, de escapadas de fin de semana.

Nos dedicamos a algo completamente diferente, que reúne todo lo dicho anteriormente, pero a su vez tiene un valor agregado que va más allá, y por tanto no es posible explicarlo en pocas palabras, pero lo podemos afirmar desde la experiencia real de quienes lo han vivido.

Para quienes quieren tener una breve descripción de nuestra propuesta, nos dedicamos a crear situaciones en las que las personas puedan considerar la posibilidad de hacer cambios importantes y favorables en sus vidas, e incluso  la posibilidad de hacer una transformación personal. Los cientos de testimonios de participantes confirman que ambas posibilidades son reales.

Para nosotros es fundamental inspirar a cada persona a que tenga el coraje de mirar hacia dentro para replantearse la percepción que tienen de sí mismos, de la vida, de los otros y del mundo… a encontrar esa medicina interna dentro de sí mismos. Cualquier elemento puede tornarse en medicina si estamos dispuestos a percibirlo de ese modo… como por ejemplo, algo tan cotidiano, aparentemente desagradable y contraproducente como es LA QUEJA.

Por ejemplo: Un semáforo nos estresa o incomoda, nos quejamos del tráfico, pero ¿qué pasaría si en cada semáforo en rojo nos alegrásemos por la oportunidad de ser pacientes, de soltar el pedal del acelerador y respirar para sentir que estamos vivos en nuestro cuerpo?

En cada momento de nuestros retiros de evolución interior se nos presenta con la misma oportunidad que un semáforo, ya sea porque nos encante todo lo que experimentamos o porque nos disguste.  Según cada persona, la comida puede ser más o menos buena, la cama más o menos cómoda,  las instalaciones nos  pueden resultar apropiadas o no; quizá no tengamos el té al que estamos acostumbrados, o los facilitadores nos parezcan unos imbéciles o unos maestros. Puede que el participante de al lado haga demasiado ruido y que la música nos parezca estridente.

Evidentemente tenemos juicios y apreciaciones subjetivas muy diversas ante la misma situación, pero más allá de toda valoración, muchas veces se pierde el sentido de fondo de una experiencia por volvernos obsesivos con las  formas, los tiempos, etc. Esto no solo sucede en un retiro sino también en nuestra vida cotidiana ¿Qué nos impide disfrutar de ese u otros momentos de nuestra vida plenamente?  ¿Las ideas preconcebidas? ¿La expectativa o la exigencia? ¿La visión de imperfección de todas las cosas? ¿El disgusto o inconformismo interior? ¿la queja?

He aquí mi propuesta: transformar la queja en medicina. Transformar la insatisfacción en medicina. Transformar todo aquello que pensemos que no se está haciendo bien o que se podría estar haciendo mejor en medicina.  La queja interior se nos presenta con una oportunidad única para poder mirar hacia dentro y observar en qué momentos de nuestra vida surge la queja; qué hacemos con esa queja; cómo nos afecta esa queja: ¿es algo que nos hace sentir bienestar o desdicha? ¿es algo conducente a una mayor proximidad, a un despertar de la compasión hacia los otros, a adquirir un estado de ecuanimidad y neutralidad para con nuestros compañeros, favorece la creación de vínculos reales de amor? ¿o nos hace sentir rencor, rabia, nos distancia, nos impone etiquetas, presiones, obligaciones, reproche, rechazo? ¿Viene nuestra queja de la sensación de una sensación de plenitud y de perfección interna y externa de todo lo existente, o de una sensación de que todo lo que existe, nosotros incluidos, podríamos estar mejor hechos, ser más acertados y que somos esencialmente defectuosos o imperfectos?

Por ello afirmamos que la oportunidad que nos ofrecen los retiros no se limita a los servicios que ofrecemos. Se extiende también a todo lo que no ofrecemos y que nos ponen en situaciones incómodas – en la incomodidad se nos abre la mayor oportunidad de cambio posible. El cambio surge cuándo nos abrimos a una nueva actitud ante lo que nos incomoda, porque eso se trasladará a nuestra vida y cotidianidad.