ADICCIONES MÁS O MENOS PROFUNDAS O COMPLICADAS, Y CON MOTIVOS MÁS O MENOS PARECIDOS…
…pero todas tienen puntos en común, que al detectarlos podemos encontrar causas ocultas que esconden el secreto de la solución.
Desde siempre ha existido algún tipo de adicción en la humanidad. Las razones pueden ser múltiples y muy complejas. Desde la insatisfacción existencial, la necesidad de evasión, la búsqueda de sentido, el alivio físico y emocional, los traumas de la infancia, o la necesidad de llamar la atención o castigar a otros, y hasta la falta de amor.
Adicción es aquello que no se puede dejar. Aunque te lo propongas no puedes dejar de hacerlo. Según esta definición, respirar es una adicción, comer, dormir son otras adicciones. Pero el significado se refiere a aquellas cosas que no son naturales para el organismo o para la vida y bienestar de un individuo.
Por ejemplo: alcohol, sustancias o drogas, relaciones tóxicas, tabaco, jugar por dinero, comprar compulsivamente, comer en exceso, trabajar sin descansar, ganar y acumular dinero, etc. Pero hay otras adicciones psicoemocionales, como por ejemplo: adicción a la madre y/o el padre, a los hijos, a una pareja, al sexo, al pasado, a sufrir o al dolor, a que las cosas se repitan, al rencor o a no querer perdonar, a criticar o juzgar; y no nos podemos olvidar de la adicción a las pantallas y a internet.
En el fondo todas las adicciones producen algún tipo de esclavitud y dependencia, perdida del disfrute de la vida, olvido del uno mismo, distracción, derroche de tiempo y dinero, culpa, autodestrucción…
Pero también es cierto que toda adicción aporta enormes beneficios, que por lo general están muy ocultos y que son difíciles de reconocer. Muchas veces esos beneficios son tan antiguos y están tan disimulados que resulta muy complicado detectarlos.
Otras adicciones que pasan desapercibidas pero que son mucho más complicadas, es la adicción a las creencias, al pensamiento, y por supuesto también a la identidad…
La identidad es la mayor de todas las adicciones. No queremos dejar de vernos como nos vemos o como nos ven. Estamos aferrados a lo que creemos ser. Atrapados en la prisión de lo que piensan los demás de nosotros. Encadenados a una ida falsa de lo que aprendimos a percibir acerca de lo que somos.
Las múltiples identificaciones ahogan la autenticidad de lo que somos. Nos identificamos con lo que tenemos, con lo que hacemos, con lo que comemos, con lo que consumimos, con lo que pensamos, con lo que creemos; todas esas máscaras se apoderan completamente de cada una de las decisiones que tomamos.
Por tanto si queremos resolver cualquier tipo de adicción tendremos que entrar al núcleo de lo que creemos ser. Porque si no podemos soltar la idea de nosotros mismos, jamás podremos resolver una adicción de raíz. Podremos forzarnos a dejar una adicción, obligarnos a superar una adicción, pero la sanación de una adicción ocurre cuando ella nos deja a nosotros. Porque ya no tienen ningún sentido para nuestra vida.
Y para ello es preciso recuperar el auténtico sentido de la vida, porque con sentido hay significado, y con significado hay propósito que surge de lo más profundo y sincero del corazón.
Quienes superan adicciones desde la raíz, no reconocen haber sido como eran, como si vieran una película de ficción o de terror cuando se miran hacia atrás, porque se dan cuenta que estaban inmersos en una mentira de tal calibre que eclipsaba por completo su verdadero ser.
Bienvenidos a la búsqueda de las raíces auténticas de las adicciones.
Continuaré.
Alberto José Varela
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