SABER CORTAR A TIEMPO EL CORDÓN UMBILICAL
Grueso, resistente, largo e invisible es como se mantiene el lazo esclavizante entre la madre y/o el padre con sus hijos.
Quiero arrojar una lanza a favor de la familia, pero no la que conocemos sino la que puede surgir de un modelo diferente. Inspirado en los momentos mágicos de vacaciones que estoy compartiendo ahora con 5 de mis 6 hijos, mis 3 nietos y mi compañera Paula, he decidido comenzar esta serie de publicaciones acerca de la reconciliación familiar.
Tenía apenas 6 o 7 años cuando corté con mi madre. Me acuerdo perfectamente como si fuera hoy, ante un hecho que me dolió y que consideré injusto de su parte, decidí eliminarla de mí y comenzar a hacerme a mí mismo sin su influencia emocional y sin estar atrapado afectivamente. Era el perfecto niño de mama que no podía hacer nada sin que ella me acompañe.
Ese hecho marcó un hito en mi vida. Me desprendí de mi creadora, me liberé de mi dueña, me independicé para siempre. Esto me permitió desde muy pequeño elegir mi camino y hacer un recorrido de experiencias que equivalen a muchas vidas. Ella no pudo hacer nada para detenerme, y en parte fue porque su nivel de inocencia era muy elevado.
Pero debo reconocer que también fui consciente desde los 4 o 5 años que traía algo conmigo desde que nací y que me acompañaría toda la vida, que me haría sufrir y también me haría dichoso, me refiero a una presencia rebelde en mí, a una energía de libertad e independencia muy fuerte que la sentía dentro de mis células, que guiaba cada una de mis decisiones.
Mi padre decía una y otra vez: “cuando nació mi hijo me habrán cambiado el bebe de cuna y me han puesto otro; este no puede ser mi hijo, se habrán confundido” yo le escuchaba con agrado porque comprendía que él no comprendiera que yo fuese de una manera tan diferente a él. Pero me abrí a todo lo que él me quería enseñar porque aceptó el hecho de que debía inspirarme a otros rumbos muy diferentes a los que él mismo había escogido. Él confió a impulsarme hacia la libertad. Me entregué a su guía hasta los 16 o17 años cuando un día le pedí que fuéramos ante un juez para que me autorizara a ejercer el comercio y tener mi propia cuenta bancaria. (cosa que no se permitía hasta los 18 años en Argentina) Ya no quería depender más de él y seguir mi camino como hombre. Inicie así un camino empresarial que me llevó muy lejos hasta los 32 años cuando mi padre se murió en un accidente. A partir de ahí hubo otro cambio de rumbo que más adelante contaré.
Quizá te preguntes porqué te cuento todo esto. La razón es que quiero entrar en un tema que va a dar mucho que hablar en este blog, y es acerca de la influencia consciente e inconsciente y de la manipulación emocional y material que ejercen los padres sobre los hijos, y de cómo los hijos se quedan atascados y atrapados en una gran diversidad de infantilismos, sin poder madurar; lo que les repercute negativamente en toda su vida.
Hoy, después de 50 años desde que rompí con mi madre y 40 años que rompí con mi padre, y de tantas cosas vividas, puedo tener una perspectiva hacia atrás de lo importante que ha sido en mi vida adquirir autonomía en relación a mis progenitores, cosa que no me alejó de ellos pues siempre estuve en contacto y compartiendo innumerables momentos maravillosos, pero siempre lo hacía desde la libertad y no desde la obligatoriedad, desde el amor y no desde el resentimiento.
El hecho de cortar con mi madre y con mi padre por diferentes motivos y en diferentes momentos responde a una actitud que yo asumí ante ellos, de esa actitud dependieron la mayoría de cosas que me han sucedido en la vida. Ahora puedo asegurar por todo lo vivido que era esa la actitud que debía asumir con cada uno de ellos, pero también reconozco que gran parte del trabajo interior que he realizado en mí mismo está relacionado con la reconciliación con mi padre y mi madre, cosa que me dio más libertad aún. También quiero contar que era obvio que en una vida de tanta libertad tendría que atravesar unas cuantas cárceles, porque era parte del juego de mi vida tener que aprender a fugarme de ellas. A veces fueron situaciones, otras veces trabajos, relaciones y otras veces mujeres.
Este es mi paquete, conformado por 3 aspectos muy concretos:
- Mi actitud con mi madre.
- Mi actitud con mi padre.
- Mi consciencia de lo que yo traía al nacer.
Estos tres factores son esenciales. No me refiero a influencias externas que me hayan condicionado sino a predisposiciones profundas y decisiones internas que me han ayudado a conservar la memoria de lo que soy y a salir del condicionamiento familiar, cosa que ha dado un gran impulso a la manifestación más pura de lo que soy.
Lamento mucho decir a los lectores que mi modelo de relacionamiento y mis actitudes con mis padres no te sirven de nada, pues eso es mío. Lo tuyo es tuyo. Cada uno deberá buscar su propia manera de liberarse, reconciliarse y sanarse. Pero lo cierto es que muchos descubrimientos que hice me han permitido crear herramientas de integración de las limitaciones que tenemos y de la potencialidad no desarrollada. Integrar estos polos opuestos es para mí el inicio de una revolución transformadora en la propia vida.
Hace unos años diseñé un modelo de comprensión de lo que nos ocurre con los padres que le llamé “LA MOLECULA DEL CONDICIONAMIENTO”, en la que explico con muchas pruebas que los seres humanos somos nuestros padres y la manera en como ellos se han relacionado. Es decir que el programa en que estamos metidos proviene de lo que me han dado y lo que no me han dado mis padres y en lo que ellos se dieron y no se dieron entre sí. Las relaciones son esencialmente intercambios de energías, gestos, palabras, pensamientos y sentimientos. Es eso lo que nos condiciona ya que lo absorbemos como un modelo a seguir y repetir.
Ahora mismo estoy introduciendo en todos los retiros de Evolución Interior que realizamos por el mundo, el manejo de movimientos sistémicos que arrojan luz a miles de personas que quieren comprender el origen de muchos de sus malestares, enfermedades, infelicidad o problemas actuales. Esta terapia sistémica es absolutamente complementaria al uso de Ayahuasca u otras sustancias enteógenas como el Bufo Alvarius también. Desde el año 2000 que estoy investigando en las posibilidades que ofrecen estas terapias familiares y realizando dichas terapias para mí mismo.
Quería comenzar hablando de mí mismo porque yo he sido en primer beneficiado del propio método o abordaje que he creado. Haber comprendido tantas cosas acerca de mi familia, de lo que traigo y de lo que tengo para dar en esta vida, es lo que me ha llenado de poder dentro de mí para realizar casi todo lo que hago. Independiente de que tenga mejores o peores resultados, que haya atraído más o menos amigos o enemigos, lo cierto es que esta era la vida que yo quería para mí. Los 56 años que tengo son todo un indicio cierto que estoy confirmando en estos preciosos días en que estoy compartiendo tantas cosas con 5 de mis 6 hijos, 3 nietos y mi compañera Paula.
¿Qué sentido tendrá contarte cosas de mi? Es probable que el sentido mío sea diferente al sentido que tú le puedas dar, pero en el fondo siento que nos va a inspirar a todos a sanar y trascender muchas cosas que nos impiden desarrollar nuestra potencialidad, que es lo que en definitiva nos aporta la auténtica sensación de felicidad y realización.
Alberto José Varela
Seguiré con muchos post con este tema familiar y personal. Publicaré testimonios de personas que han resuelto problemas relacionados con sus padres. Si tienes consultas que hacer o situaciones que solucionar, te ofrezco participar en talleres de terapias sistémicas que organizamos en diferentes países de América y Europa con expertos terapeutas en el tema.
