AYAHUIASCA ENTRADA 15

SI EL OTRO NO ES CULPABLE NO SE LE PUEDE PERDONAR ¿Hacia dónde vamos, hacia la reconciliación humana o a la epifanía perfecta?

LA ELECCIÓN DE SIEMPRE: ¿DESTRUIR O PERDONAR?  ¿ATACAR O CONSTRUIR? ¿PROYECTAR O SANAR?

LA NECESIDAD DE DEMONIZAR AL OTRO PARA PODER RECONCILIARNOS nos conduce al perdón, que es una parte importante en el juego de la comprensión. Pero LA NECESIDAD DE VENGARNOS DEL OTRO PARA LIBERARNOS nos conduce al odio y al juego de la destrucción.

En casi toda mente humana existe el pensamiento de que algo externo ha creado el malestar interno. En lo exterior cercano están los padres, la mujer o el hombre con quien vives, los hijos, la familia, los amigos, compañeros de trabajo o profesión, profesores, socios, políticos o religiosos del país donde vives.  Todos están en el ojo de la mira telescópica, y en cualquier momento se puede disparar a matar. Es lo que llaman “proyección” pero que cuando se realiza con premeditación se llama “epifanía”.

La ira acumulada durante décadas, no tiene límite, el cuerpo no alcanza a almacenar tanta impotencia; la transforma en emociones, pero estas no se liberan en la medida de lo necesario, sino más bien se reprimen y acumulan, y aunque se hagan mil terapias de catarsis, la producción interna de pensamientos nocivos y destructivos sigue creando más rabia, tristeza, amargura, resentimiento, odio… hacia lo exterior y hacia todos los que estén al alcance. Esas emociones destructivas se vuelven sentimientos profundamente oscuros y aniquiladores, la energía del resentimiento se refina y se combina con la necesidad de manifestarse. De ahí que se crea la epifanía. Y cuando toda esa energía se manifiesta sucede la tragedia, es implacable e imparable.

Los que podamos, nos toca comprender. Ante tanto volumen de energía de odio social, el cuerpo no sabe qué hacer, aguanta hasta que se enferma, o bien transmuta en energía subatómica toda esa impotencia, guardándola en lugares muy difícil de llegar, acumulando memorias que se irán con la persona después de morir porque no se puede acceder ahí, y si se accede a ese lugar, hay que hacerlo con extraordinarias medidas de seguridad y con implacable precisión usando herramientas muy sofisticadas. Es un trabajo extremadamente delicado.

Eso hice cuando estuve en la cárcel con varios compañeros de prisión, uno de ellos casi me mata dentro de la celda, porque lo confronté para llevarlo dentro de sí  mismo y que reconociera el núcleo de odio que tenia por lo que mataba y destruía. Él estaba llorando con una infinita impotencia, fue un momento mágico para mí, porque lo llevé al otro lado de la tristeza, donde esta toda la ira, para que viera donde se aloja toda la energía para hacer todo lo que hace en su vida; me cogió del cuello contra la pared, mis piernas colgaban, estaba ante alguien poseído por la ira. Le miré a los ojos nada más. Y me soltó.  Desde esas experiencias peligrosas, comencé a COMPRENDER lo delicado que es meterse en la fuente de la ira humana.  Este hombre comenzó un programa de rehabilitación en un modulo de respeto en la cárcel. Pero todo esto también me sirvió para darme cuenta que si no se accede ahí, no se puede sanar nada de raíz.  Por  tanto elegí conscientemente crear una tecnología que me permita entrar a esas áreas internas de alto contenido atómico-emocional. Esta tecnología la enseño en las clases de la Escuela Consciente.  una de las herramientas es la Ayahuasca, otra la No-Terapia, y muchas más…

En lo cotidiano, cada semana, y a veces cada día puedo ver en quienes me rodean ese núcleo no resuelto de ira e impotencia. Veo como sufren, como están estancados, como pierden tiempo y no avanzan, como se sabotean, y por supuesto, toda vez que puedo y me lo permiten, les creo las condiciones necesarias como si de un quirófano se tratase, para que puedan acceder por ellos mismos con el bisturí de la consciencia a ese lugar interno desde donde van a poder perdonar.

Dado que yo soy el que acompaña a la persona al sitio más oscuro y tenebroso de su interior, la gente se cabrea conmigo, porque creen que soy yo el que he creado ese sentimiento horroroso que encuentran dentro, pero yo solo utilizo mi experiencia y astucia, mi capacidad de entrar a pesar del miedo, para llevarles paso a paso al centro del conflicto.  Una vez ahí, se abre la posibilidad de que la consciencia aclare la situación y ofrezca luz para comprender. Es sencillamente mágico, pero de alto riesgo. Muchos o casi todos los que me atacan y difaman son personas que no han podido asumir lo que se les mueve con la situación que les ofrezco para sanar. Esta situación se crea a veces simplemente por lo que digo, por lo que hago o por lo que muestro. Este artículo puede ser una situación para entrar a ese lugar impenetrable de la oscuridad.  Es un método, nada más.

Aunque parezca una locura, todo esto que nos sucede a los humanos es un juego de la consciencia, que para poder reconciliar lo interno con lo externo, crea situaciones de hostilidad, agresividad en el exterior para que produzcamos culpa. En algunos casos la culpa se orienta hacia adentro y otras veces hacia fuera, en ambos casos sucede por la necesidad de culpar y condenar, ya que esa es la estratagema creada por la consciencia para que se abra la posibilidad de la reconciliación.

Es una locura sanadora.  No son muchos los que la atraviesan, y los pocos que se atreven sin ayuda experimentada o profesional, se vuelven loco, algunos acaban en psiquiátricos, pero la mayoría adquiere una locura creada a medida, siguen en la sociedad pero anidan una locura destructiva. Ese tipo de locura disimulada ya no te lleva al psiquiátrico, sino a un bunker desde donde comienzas a ejecutar  la EPIFANIA PERFECTA. Este es un mecanismo utilizado por los mayores asesinos de la historia humana, que organizan internamente la estrategia de venganza, justifican todos sus actos desde la locura que han creado para atacar y destruir; se aíslan de sus sentimientos para poder matar o suicidarse.  La epifanía es una MANIFESTACIÓN contundente y evidente.  Es perfecta porque está planeada meticulosamente; estas estrategias son típicas de mentes criminales que no han sabido o podido crear un camino hacia el perdón y la reconciliación.

Los expertos en criminología que analizan los casos más complejos de asesinos en serie, cuando inician una investigación, lo primero que miran es el pasado del criminal. Por ejemplo uno que mato a más de 10 mujeres en 9 meses, de niño veía a su madre prostituirse, luego fue abandonado y de niño abusaban de él,  y así una larga lista de sucesos que crearon una mente criminal y una epifanía que debía ser ejecutada a la perfección.

La epifanía del perdón es algo tan mágico y sanador que tiene la capacidad de sanar a cualquier persona del mundo, sin importar su pasado ni lo que haya hecho. La manifestación contundente y evidente de que ha habido dentro una reconciliación. En vez de matar en serie, te vas a dedicar a sanar en serie y en serio.

TU ELIGES QUE QUIERES MANIFESTAR.

Alberto José Varela

Comencé a escribir este artículo el dia 6 de enero del 2016, que los católicos llaman el día de la EPIFANÍA, y la primera parte lo acabé hoy 10 de enero.

MAÑANA CONTINÚO.

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Alberto José Varela

Fundador de empresas y organizaciones; creador de técnicas, métodos y escuelas; autor de varios libros. Estudiante autodidacta, investigador y conferencista internacional, con una experiencia de más de 40 años en la gestión organizacional y los RRHH. Actualmente crece su influencia en el ámbito motivacional, terapéutico y espiritual a raíz del mensaje evolutivo que transmite.

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