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LA NEUROSIS QUE NACE DE LA BÚSQUEDA IDEALIZADA DE PLENITUD. ¿Por qué querer obtener estados permanentes de felicidad y espiritualidad?

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¡QUIERO VIVIR CONECTADO, ILUMINADO, EN PAZ, ARMONÍA Y SENTIMIENTO DE UNIDAD!

¿Por qué rechazamos la vida y la existencia tal como se nos ha dado?

Cuando estamos mal o en diferentes conflicto internos o externos y encontramos algo que nos alivie o nos otorgue un nivel de felicidad satisfactorio, en el proceso de superar lo que nos aquejaba, y sin querer, nos vamos  metiendo en otro problema mayor, que queremos que ese estado conseguido dure toda la vida; lo hemos vislumbrado o degustado por un momento, entonces salimos a buscar más y mejores maneras de encontrar la permanencia en ese estado de felicidad, incluso queremos descubrir un modo automático de estar bien a toda hora. Como si después de haber probado la paz, el sentimiento de unidad y plenitud se activara una ambición que nos lleva a querer más y más, por ejemplo: estar feliz 24 horas al día, iluminarnos todo el tiempo, vivir conectados, trascender el plano físico o estar en un fluir eterno; como si no tuviéramos cuerpo, emociones o como si quisiéramos salirnos de la realidad humana y material que nos toca experimentar a cada momento. ¿No estaremos ante un brote psicótico más o menos controlado? ¿No será que estamos rechazando y juzgando la vida por como es y por lo que nos da? ¿Esto no es una fuga en toda regla de lo que nos toca vivir y atravesar?

En gran medida muchos buscadores de felicidad caen atrapados en la obsesión de querer vivir en un estado idílico e idealizado porque aun no han encontrado el sentido a la vida en la vida misma, por eso lo buscan afuera, y encima lo la garantía de que sea estable y permanente cuando la vida misma es lo menos seguro y durable que existe.

Por favor observa lo que pide este lector que representa a la realidad de la mayoría de personas:

Buenas tardes Alberto, Me llaman Aitor, y te escribo pidiéndote consejo, casi consuelo. He participado en varios retiros de Ayahuasca tanto con vosotros cómo con otras empresas, y este fin de semana he vuelto a ese estado del Ser que tanta comprensión me aporta en la vida terrenal. El ego se diluye y comprendo la verdad del juego cósmico, sin necesidad de preguntarme el “por qué” de las cosas. Es inconmensurable, e inefable para mi mente.

En ese estado no existe un fuera o un dentro, todo es parte del Todo, “yo” soy la existencia misma y si tuviera que describir lo que esto me brinda en este plano del que te escribo, sería Confianza plena, que da paso a un fluir precioso.

No obstante, y aquí es donde ojalá me ayudes, conforme avanzan los días esa confianza se va evaporando al mezclarse con el ruido de la ciudad, y la mente vuelve a la búsqueda y a cierto patrón de desconfianza y control. La búsqueda es agotadora, y pese a saber “la verdad” de esta broma cósmica tan preciosa, la vida vuelve a parecer un poquito cuesta arriba. Te formulo esta pregunta: ¿Existe algún “método” para que la sensación perdure hasta el final de los días? ¿Existe alguna técnica para no tener que recurrir a las medicinas? ¿Existe alguna manera para que el alzhéimer de lo vivido no venga en menos de casi 48h?

Espero que comprendas mis palabras, supongo que habrás oído esta historia ya miles de veces.

Gracias de antemano. Aitor.

RESPUESTA: Hola Aitor, pedir que algo perdure para siempre es antiexistencial, nada permanece, todo pasa. Por otro lado si se pudiera llegar un estado estable y permanente de paz, conexión, unidad, es porque ya estás muerto.  La vida tiene que ver con los cambios permanentes, con las sorpresas de cada día, con sentirnos superados por las situaciones inesperadas que se nos presentan y con el hecho de meternos en líos permanentes de los cuales nunca sabemos cómo vamos a salir. De eso se trata este juego del que hablas y que pareces haber comprendido, pero al meterse la necesidad de querer que todo funcione en automático, aparece la confusión, el reclamo, la impotencia y la consecuente búsqueda obsesiva de algo imposible.

En nuestra Escuela Consciente® manejamos un significado de SANACIÓN muy diferente a lo conocido, para nosotros no es un estado al que se llega porque haces de todo para conseguirlo, sino una actitud que se adquiere conscientemente ante lo que nos ocurre en la vida.  Es una predisposición a resolver, encontrar, sanar en cualquier momento en que fuera necesario. Lo que supone estar vivos, atentos y conscientes.  Si todo estuviera resuelto ya de antemano serías una maquina o un mecanismo sin posibilidad de experimentar la plenitud de la vida.

Consejo y ayuda no te puedo dar, consuelo mucho menos, incluso lo que puedo darte es todo lo contrario: confrontación; para que reflexiones acerca de la importancia que tienen las pequeñas cosas de cada día, y que te desafíes a disfrutarlas. Que consideres la posibilidad de salir del estado idealizado de realización personal en el que se supone que siempre debes estar bien, despierto o conectado; porque eso es un estado espiritualizado que nada tiene que ver con la vida real, solo puede servirte para autoengañarte.

Quizá te sirva algo que a mí me ocurre, mis mayores momentos de satisfacción no son cuando estoy conectado o sintiendo que la unidad me posee, sino cuando le hago las tostadas a mi hija, cuando me acuesto y pongo mi cara en la almohada para descansar, cuando abrazo a quienes amo o cuando sencillamente miro el paisaje que hay ante mis ojos.  Esta experiencia de plenitud a través de lo simple atenta con la grandilocuencia que nos han inculcado de que para ser feliz tiene que haber intensidad o eterna conexión, que tiene que haber plenitud permanente o haber alcanzado grandes metas.  He descubierto -y es mi gran descubrimiento en esta vida- que debo estar muy atento al hecho de que en cualquier momento u ocasión puede aparecer aquello que me conecta, que me lleva adentro de mi, que me eleva y que hace sentirme vivo;  y que si algo ocurre que me pone triste, que me mete en la angustia, la ansiedad o la desesperación, es la oportunidad perfecta para examinar mi nivel de confianza en mí y en la vida, en esas ocasiones aparece la posibilidad de reflexionar sobre lo que todavía no he resuelto adentro de mí, es la manera de evolucionar internamente dándome cuenta de que hay cosas que siempre van a suceder que me superan, y es ahí cuando una y otra vez  recurro a la fuente, al tesoro que está en mi, donde está todo en todo momento disponible.

Mi ser, tu ser, que aunque no se haya alcanzado a realizar en esta vida, está dispuesto a conducirnos en cualquier situación a ese lugar de poder que parece inaccesible. Y a pesar de que como sujetos no podamos jamás llegar a ser  individuos indivisos y completos, ni podamos vivir en una permanente unidad, tenemos la posibilidad en esos momentos en los que se requiere de un acceso directo a la fuente divina que nos guiará a la luz. “El alzhéimer de lo divinamente vivido” se sanará con el recuerdo de lo que eres.

Ese es el juego, entrar una y otra vez adentro cada vez que la vida se complica, para recuperar la memoria, para encontrar una riqueza y un poder que nos llenará de regalos para disfrutar y compartir.

Alberto José Varela

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Alberto José Varela

Alberto José Varela

Fundador de empresas y organizaciones; creador de técnicas, métodos y escuelas; autor de varios libros. Estudiante autodidacta, investigador y conferencista internacional, con una experiencia de más de 40 años en la gestión organizacional y los RRHH. Actualmente crece su influencia en el ámbito motivacional, terapéutico y espiritual a raíz del mensaje evolutivo que transmite.

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