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INTELIGENCIAS EXTRATERRESTRES Y AYAHUASCA. La transformación del Ser…un salto cuántico que deja al descubierto lo que somos capaces de hacer.

EL MOMENTO EN QUE NACIÓ LA NO-TERAPIA

Cuando contacté con seres tan evolucionados que ya no necesitan identidad.

En el año 2005 experimenté una secuencia de tomas de ayahuasca en la selva colombiana que me llevaron a conectar con un infinito entramado de inteligencias extraterrestres, como si fuera un tejido universal por donde circulan todos los archivos acáshicos de la existencia.  Si en esos días no me volví loco, es porque tengo unas raíces muy neuróticas que no permitieron que me desprendiera de la realidad en la que vivo.

Uno de los lugares que visite en la selva fue una maloca (lugar en donde se toma ayahuasca) o especie de templo indígena que aun no habían acabado, y en donde en la parte más alta de la construcción estaban colocando un platillo volador. Ellos afirman que los seres extraterrestres bajan y no molestan, que observan.

Nunca he visto a un extraterrestre, siento que están por todas partes, pero no son visibles a los ojos humanos. Quizá sean esos seres espirituales que mucha gente ve, incluso en tomas de ayahuasca, donde se sensibiliza tanto la visión. Es posible que su evolución les haya permitido convertirse en seres inmortales capaces de viajar por todos los universos.

Cuando comprendí que hay millones de especies vivas con consciencia en la existencia, me di cuenta que la diversidad de inteligencias es infinita, que la presencia de consciencia en cualquier ser vivo dispara un proceso evolutivo natural hacia la luz. Algunas especies tardan mucho más que otras en trascender, y dentro de la misma especie algunos van mucho más rápido que otros en el proceso de ascensión.

Es una de las cuestiones a comprender en esta especia humana: que provenimos de diferentes inteligencias, que llegamos con un determinado nivel de desarrollo en nuestra consciencia y que ello condiciona inevitablemente el camino que atravesaremos y las sensaciones que experimentaremos mientras vivamos.

Esa frecuencia con la que llegamos es indestructible e inmutable. Es la antena que nos conecta con todas las inteligencias existentes, tanto de las que provenimos como de las que nos acompañan en el paso por la tierra. Justamente por tener que compartir la experiencia de la vida con otros, entramos en procesos de educación e integración social,  así  nos vamos relacionando, mezclando y adaptando al entorno, a los otros,  y poco a poco olvidamos lo que traemos, de dónde venimos y perdemos de vista el punto evolutivo del que provenimos.  Algunos no llegamos a adaptarnos nunca, nos recluimos en nuestro interior como si fuéramos autistas espirituales, ensimismados en la incomprensión de lo que le ocurre a la especie humana.

Los puntos evolutivos son nodos emisores y retransmisores de inteligencias. Son la antena de nuestra consciencia en el plano humano. Algunas de las inteligencias existentes son tremendamente evolucionadas, por ejemplo: han superado hace millones de años los apegos a la identidad. Llevan tanto tiempo sin identificarse con nada, que su viaje por la existencia se va nutriendo de infinita información que  recogen con pureza acerca de cómo se desempeñan otros seres con consciencia.

Eso mismo me está ocurriendo a mí, pero en este mundo, en este plano carnal, en los viajes que realizo por países, conociendo a tanta gente, voy integrando todo lo que experimento,  veo y siento cual agujero negro que se chupa todo lo que pasa cerca, absorbiéndolo y asimilándolo en un proceso de transformación de mi propio Ser.

La transformación de mi Ser es una de las más misteriosas experiencias que me está regalando la vida. Porque en la transformación del Ser se abre una grieta por la que se cuelan nuevas potencialidades de hacer.

Solo puedo decir que cada vez me reconozco menos, y que cada vez sé menos acerca de mi. Hace muchos años que perdí toda esperanza de llegar a saber quién soy.  Luego exploré aquello que soy, y ha sido revelador lo que encontré, pura nada dentro de mí.  Pero ahora estoy indagando en lo que puedo llegar a Ser sin querer ser y sabiendo que nada soy. Entonces… ¿Qué o quién se puede llegar a ser?

En el fondo siento que todo es un juego de la consciencia, para que la visión finita y limitada de mi propia existencia pueda tener un determinado nivel de inconsistencia desde donde pueda aparecer el vislumbre de lo que soy capaz de hacer. No significa que no haga nada, sino que la potencialidad más profunda y auténtica está escondida en lo que aun no he hecho. Y esta potencialidad no se manifiesta hasta que el Ser no se transforma.

La oscuridad está dando sus últimas pataletas dentro de mí, pero ya sabe que no hay nada que hacer ante la majestuosa manifestación de la luz.

(Para quienes hayan comprendido este  texto. Están listos para la segunda parte, en la que desarrollaré las maravillosas cualidades del HACER. )

Alberto José Varela

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Alberto José Varela

Fundador de empresas y organizaciones; creador de técnicas, métodos y escuelas; autor de varios libros. Estudiante autodidacta, investigador y conferencista internacional, con una experiencia de más de 40 años en la gestión organizacional y los RRHH. Actualmente crece su influencia en el ámbito motivacional, terapéutico y espiritual a raíz del mensaje evolutivo que transmite.

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